ROLAND GARROS Final femenina
Kuznetsova se corona en la guerra de los nervios
La rusa aniquiló a su compatriota Dinara Safina que, sin embargo, se mantendrá en cabeza del ranking.
GARA | PARIS
Svetlana Kuznetsova se adjudicó su primer Roland Garros, tras barrer en la final (6-4, 6-2) a su compatriota Dinara Safina, convirtiéndose así, a sus 23 años, en la segunda tenista rusa que gana en Paris. Apenas hora y cuarto de partido que quizá no se saldó del lado de la mejor tenista -Safina se mantendrá en cabeza del ranking mundial-, pero sí del de la que supo cómo mantener sus nervios a raya.
Porque la nacionalidad no es lo único que comparten las dos finalistas del Roland Garros 2009, con otra característica en común: una cabeza acostumbrada a jugarles malas pasadas.
La ansiedad aparece, de hecho, como el principal obstáculo en la carrera de Kuznetsova, desde que deslumbrara en el US Open de 2004. Desde entonces se ha mantenido prácticamente sin interrupción en el top ten mundial -en 2007 tocó techo con el segundo puesto-, pero se ha condenado a caer en puertas de la consagración por su tendencia a fallar en los momentos cruciales. Incapaz de controlar sus emociones, había perdido 14 de las 20 finales disputadas en los cinco últimos años.
Pero ayer fue otra Kuznetsova la que saltó a la pista Philippe Chatrier. «En cuanto he entrado, he sabido que iba a ser diferente -confesó-, que iba a ir bien. Estaba tranquila, pensando exclusivamente en mi juego». En realidad, la rusa venía mostrando una clara mejoría en el control de la ansiedad a lo largo de todo el torneo. Sobre todo en las dos últimas rondas, ante Serena Williams y Samantha Stosur, frente a las que vivió momentos delicados. Superado ese hándicap, ha salido a relucir el mejor tenis de Kuznetsova: potente, rápido y con un duro golpe de derecha, que ayer acabó machacando a su rival.
Claro que la propia Dinara Safina también tuvo mucho que decir en el resultado. Contrariamente a su compatriota, la número uno del mundo se vio atenazada por los nervios a lo largo de todo el choque -ayer cometió 25 errores no forzados- y acabó repitiendo la imagen de ansiedad que ya le había llevado a hincar la rodilla en sus dos anteriores finales del Grand Slam, saldadas ambas con derrota.
El grito a su entrenador -«¿por qué soy tan gallina en estos encuentros?», le preguntó desde la pista- y el último tanto del encuentro, la sexta doble falta de Safina, bien pueden simbolizar la principal carencia de la rusa, que apenas podía contener las lágrimas tras el choque, consciente de que su status de líder mundial se ve debilitado ante la ausencia de grandes títulos en su palmarés.
«Tengo que seguir aprendiendo -admitió la rusa- y saber que, como hago en otras finales, no tengo que echarme tanta presión encima».
Kuznetsova es la única tenista que ha podido derrotar a Safina en la actual temporada de tierra batida. Y por partida doble: antes del Roland Garros, ya le había arrebatado el título en Stuttgart.
Número uno del mundo desde el pasado mes de abril, Dinara Safina sigue sin estrenarse en el Grand Slam, en el que, por ahora, se conforma con tres finales perdidas: las dos últimas ediciones de Roland Garros y el último Open de Australia.
Roger Federer y Robin Soderling disputan esta tarde la final masculina, en la que el suizo busca el único gran título que se le resiste y el sueco, el primero que tiene al alcance en toda su carrera. Y aunque el otrora número uno parte como favorito en las apuestas, la sorpresa de este Roland Garros también puede tener mucho que decir.
Momento de forma: ventaja para Soderling. El camino del sueco ha sido impresionante, con los mejores especialistas en tierra batida -Ferrer, Davidenko, González y, sobre todo, Nadal- como sus cuatro últimas víctimas. Más irregular ha sido la trayectoria de Federer, que se ha visto al borde del k.o. en algún momento.
Experiencia: ventaja para Federer. No hay duda. 19 finales del Grand Slam para el suizo, ninguna para su rival. 58 títulos para Federer, número uno durante cuatro años, y apenas tres para el sueco.
Físico: igualdad. Los dos llegan con muchos minutos sobre la pista y con una semifinal a cinco sets en ambos casos. Federer siempre ha sabido economizar esfuerzos, pero Soderling sabe cómo acortar los puntos.
Público: ventaja para Federer. El estilo, su dominio del francés y las tres finales perdidas han permitido al suizo conquistar el corazón del público parisino. Hoy juega en casa.
Precedentes: ventaja para Federer. En nueve ocasiones -dos de ellas en tierra batida- se han enfrentado anteriormente los dos tenistas, con pleno para Federer, que sólo ha cedido un set ante el sueco.
Hagan sus apuestas.
