Los análisis efectuados por el Instituto Nacional de Toxicología de las muestras de agua recogidas en marzo por agentes del Seprona en catorce puntos de abastecimiento de agua de Karrantza han descubierto sustancias contaminantes. Karrantza Zabala (KZ), agrupación con tres ediles en el Consistorio gracias a la exclusión que sufre la izquierda abertzale, desveló que el informe técnico constata la presencia de bacterias «y lo que es más alarmante, de arsénico y aluminio» en el agua tomada por los guardias civiles del Servicio de Protección de la Naturaleza en el barrio de Presa.

El edil de KZ Sergio González explicó que el arsénico diluido en el agua en contacto con la piel produce enrojecimiento, hinchazón y quemaduras. Al conocer las conclusiones del análisis, convocaron esta semana a los vecinos del barrio de Presa, que aportaron nuevos datos preocupantes.

González comentó que uno de los residentes les informó de que hace diez días cuando se estaba duchando por la noche sintió «que se quemaba por dentro» y salió a la calle pidiendo ayuda para tratar de paliar los dolores. «Por la noche, la piel se le puso roja», apostilló el edil.

Añadió otro caso, el de una niña que, al día siguiente de la otra incidencia, sufrió quemaduras cuando se bañaba. «La pequeña decía que le picaba por dentro cuando su madre le daba crema hidradante», indicó.

Del estudio toxicológico también se desprende la presencia de coniformes por encima de los límites en el agua captada en la residencia de ancianos y, en otros puntos, de esta bacteria y de otras como los enterococos intestinales, que confirmarían la contaminación de origen fecal. En la planta de tratamiento de La Pedraja, una fuente pública, un domicilio de la calle Herboso y en el parque del Karpin se detectan pseudonomas aeruginosa, «una bacteria de hospital o quirófano patógena para el ser humano», según los componentes de Karrantza Zabala.

Estos análisis, subrayaron, tienen su origen en la querella criminal que presentaron el 12 de setiembre de 2008 ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Balmaseda contra responsables municipales y de Lakua por el suministro continuado a la población de agua «no apta para el consumo». Los imputados por un presunto delito ecológico, contra la salud pública y prevaricación son el ex consejero de Sanidad, Gabriel Inclán; el entonces director de la Agencia Vasca del Agua URA, Tomás Epalza; el alcalde, José Luis Portillo, y sus compañeros del PNV José María Martín, Garbiñe Aja, Natxo Muro, Paco Ortiz, Virginia Elguea y Rubén Edesa.

Estas analíticas aportadas a la juez instructora, aclararon, no se corresponden con las que publica Sanidad de Lakua en su página web. «Por tanto, no es difícil deducir que, al menos hasta mediados de marzo de este año, ha existido un interés institucional para ocultar y evitar que se tomasen las medidas necesarias para preservar el derecho a la salud de los vecinos, visitantes y trabajadores del valle de Karrantza», manifestó Julen Del Cura, un vecino afectado.

A la vista de los resultados, exigieron al Consistorio que amplíe los parámetros que hay que medir en los análisis que efectúa del agua para el consumo humano y que Sanidad los fiscalice adecuadamente. Además, pidieron a las administraciones «una intervención drástica y de urgencia» para acabar con la contaminación del agua que abastece a más de 3.000 vecinos del valle más occidental de Bizkaia.

Al margen de pedir a la juez instructora y al fiscal que tomen medidas, demandaron reconocimientos médicos para todos los habitantes de Karrantza, para conocer el grado de afección que pueden sufrir por la ingesta o contacto con el agua, así como los tratamientos médicos «necesarios y de por vida» para los afectados.