«Hoy en día, el cáncer de mama en mujeres que participan en las actividades y los programas de detección precoz se cura en más del 75%, si se diagnostica el tumor en fases preclínicas, es decir, sin síntomas», ha asegurado José Antonio López, especialista en radiodiagnóstico y presidente de la Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de Mama. Ésa es una de las buenas noticias del XI congreso que sobre esta materia ha tenido lugar en la capital bilbaina. ¿Otra? Que las nuevas técnicas permiten ya detectar tumores mamarios de menos de 3 milímetros. Pero también hay mensajes no tan positivos.

Más del 60% de los cánceres de mama que se diagnostican cada año lo hacen al margen del programa de citas generales. «Si esos planes de salud pública sólo diagnostican el 40%, difícilmente podrá alcanzarse una significativa reducción de la tasa de mortalidad en las mujeres», alertó el propio López. Éste es, precisamente, uno de los defectos de los programas de cribado de cáncer de mama que se puso de manifiesto en estas jornadas. La otra de las quejas tiene que ver con el hecho extendido de que la mayoría de esos planes no abarcan a mujeres de 50 años y se ciñen a convocar a aquéllas entre los 50 y 64 años para las mamografías preventivas.

Según este experto, «existen factores de alto riesgo cuyos casos debieran estudiarse antes de los 40 años. Además, en estas edades tempranas no es suficiente la mamografía y se requieren otros recursos, como la ecografía y resonancia magnética. No hay muchos programas específicos para ellas que permitan una detección temprana del cáncer de mama».

Son algunas de las denuncias que se han plasmado en este congreso que ha reunido en Bilbo a medio millar de expertos. Pero, como atestiguó Rafael Salvador, ex presidente de la Sociedad Europea de Imagen Mamaria y radiólogo del Hospital Valle de Hebrón, «la mamografía es la única técnica diagnóstica que ha demostrado científicamente que salva vidas», frente a técnicas más nuevas que aún requieren de un bagaje suficiente.

Lograr un diagnóstico precoz y acertado es la máxima con la que trabajan los especialistas. «Existe un compromiso muy importante para detectar tumores con un tamaño inferior a un centímetro», aventuró. Aquí entra en juego la radiografía digital, que permite ampliaciones de gran potencia con las que se pueden detectar tumores de menos de 3 milímetros. Una técnica en ciernes pero que promete resultados optimistas a futuro, según Salvador. El otro arma al que agarrarse son los avances genéticos.