Musavi exige la anulación del resultado de las elecciones iraníes
En una jornada marcada por las detenciones de un centenar de opositores y la salida a las calles de Teherán de miles de seguidores de Mahmud Ahmadineyad, el candidato derrotado según el recuento oficial, Mir-Hossein Musavi, exigió la anulación del resultado de las elecciones presidenciales ante el Consejo de Guardianes de la Constitución, un organismo dominado por los oficialistas, por lo que se prevé que su demanda será rechazada.GARA |
El candidato derrotado en las elecciones presidenciales iraníes, Mir-Hossein Musavi, anunció ayer que ha presentado ante el Consejo de Guardianes de la Constitución una solicitud de anulación del resultado del escrutinio debido a las irregularidades denunciadas.
El Consejo de Guardianes de la Constitución es la autoridad encargada de confirmar la validez de las elecciones que se celebran en Irán.
Los miembros de este Consejo son nombrados por el Guía Supremo de la Revolución, el ayatollah Alí Jamenei, quien el sábado se felicitó por la reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad.
El candidato reformista Mehdi Karubi, que logró un 0,80% de los votos, también anunció que no reconoce el resultado de las elecciones, «porque son completamente ilegítimas y el Gobierno que saldrá de las mismas carecerá del respeto nacional y de la competencia necesaria. Por tanto, no reconozco a Ahmadineyad como presidente de Irán».
Ahmadineyad, por su parte, compareció ayer en Teherán para minimizar la reacción de los seguidores de Musavi. «Esto es como lo que pasa tras un partido de fútbol; hay mucha emoción, muchos sentimientos, y hay gente que comete infracciones».
Tras las protestas callejeras que los seguidores de Musavi protagonizaron el sábado en Teherán, la noticia de ayer era que un centenar de sus seguidores, algunos de los cuales desempeñaron cargos de responsabilidad en el Gobierno de Mohammed Jatami, habían sido detenidos.
«En Irán, la Policía detiene a quien comete un error, sea un ministro o un ciudadano particular», señaló Ahmadineyad.
Según fuentes de la oposición, entre los detenidos se encuentran el ex viceprimer ministro de Exteriores Abdullah Ramezamzadeh; el director de la plataforma opositora Frente de Participación, Mohsen Mirdamadi; y el hermano del ex presidente Jatami, Mohammed Reza Jatami.
Miles de partidarios de Ahmadineyad salieron ayer a las calles de Teherán para festejar su victoria con banderas iraníes y retratos del ayatollah Ruhollah Jomeini.
Dudas de EEUU
El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, señaló ayer que alberga dudas sobre la fiabilidad de la victoria de Ahmadineyad, pero se abstuvo de dar una opinión más elaborada sobre el resultado.
«Tengo mis dudas, pero me reservo el comentario», declaró Biden en el programa de la NBC «Meet the Press», que, sin embargo, añadió que el resultado [62,3% de los votos para Ahmadineyad] era improbable teniendo en cuenta los análisis previos a las elecciones. «¿En serio esta es la respuesta, la respuesta exacta, el deseo del pueblo iraní?», se preguntó Biden.
Diversos analistas destacaron que la victoria de Ahmadineyad podría suponer un freno a los planes del presidente de EEUU, Barack Obama de iniciar un acercamiento hacia Irán.
«No hay noticias, está todo bloqueado», comentaba un universitario que afirmaba haber navegado en la red en vano antes de coger el autobús para Zahedán. La ya de por sí severa censura sobre Internet por parte de Teherán se cebaba con especial enconamiento sobre los medios, tanto internacionales como locales.
Igualmente sedientos de noticias, el resto de pasajeros atendían unos teléfonos móviles que no paraban de sonar a medida que abandonábamos la estación de autobuses de Iranshar.
«Han arrestado a Musavi», se oía desde las primeras filas. «Está en arresto domiciliario», apuntaban en voz alta desde un poco más atrás entre el marasmo de melodías telefónicas y señales varias.
El «apagón» se extendía también al servicio de mensajería móvil. Si bien es práctica habitual en cada fecha electoral, el que siguiera inutilizado también al día siguiente no hacía sino alimentar las más pesimistas especulaciones.
«¿Cómo es posible que Musavi apenas haya conseguido el 32% de los votos?», se preguntaba el joven del asiento número cuatro.
Y es que las cuentas no le salían a nadie: si bien es cierto que en el Irán rural el voto es para Ahmadineyad, Musavi contaba, o eso decían, con el apoyo de las clases medias y de un gran número de jóvenes. Por otra parte, es azerí, por fuerza el candidato de los casi 20 millones de ciudadanos de esa etnia que viven en Irán. Y no olvidemos que Musavi aglutinaba en gran medida el voto de siete millones de kurdos, cuatro de árabes y dos de baluches. Karlos ZURUTUZA
Reza Pahlavi, hijo del último sha de Irán, instó a la comunidad internacional a «apoyar un escenario de desobediencia civil», al considerar que los cambios en el país sólo pueden producirse desde el interior.
La BBC británica denunció que Teherán está interceptando su emisión en farsi y que un periodista y un cámara fueron retenidos durante un breve periodo. Dos periodistas holandeses fueron expulsados de Irán.