Art Basel cierra sus puertas preservada de los peores efectos de la crisis
GARA | BASILEA
Art Basel, la feria que esta semana pasada ha captado la atención del mundo del arte, cerró sus puertas ayer preservada del terremoto que sacude a la mayor parte de sectores económicos y con unos resultados por encima de las expectativas con las que llegaron las 300 galerías participantes. Durante seis días (si se cuenta el día de preapertura reservado a los coleccionistas y profesionales), esta feria de arte moderno y contemporáneo ha expuesto lo mejor del arte internacional y se ha terminado de posicionar como el evento mundial más importante de su género, según han coincidido en analizar los expertos.
«Ha sido una feria bastante conservadora. La gran mayoría de galerías de renombre internacional han marcado el paso trayendo sus obras más preciadas y han cuidado mucho el montaje», comentó el editor de grandes obras del arte, Orlando Blanco. «Para quienes reflexionamos desde la perspectiva de la historia del arte, esto nos complace, pues volvemos al arte», opinó el responsable de la editorial Editart, domiciliada en Ginebra. Para Blanco, los años precedentes se caracterizaron en el mercado del arte por «una falta de búsqueda artística» y una tendencia a «la facilidad» que estaba «irritando» a los profesionales. «Lo de ahora es como un renacimiento», destacó el editor de arte de origen cubano. Ello no significa que las galerías no hayan presentado en esta 40 edición de Art Basel nuevos y jóvenes talentos, pero los trabajos de éstos han denotado mayor calidad, precisó.
Efecto de la crisis
La crisis económica puede haber contribuido, según varios entendidos, a una selección diferente de los objetos de arte traídos a Basilea por las galerías, que presentan un total de 2.500 trabajos: desde pinturas, esculturas y fotografías, hasta proyectos diversos como instalaciones basadas en todo tipo de materiales. Lo cierto es que el evento comenzó mucho mejor de lo esperado y en su segundo día ya se habían disipado los temores generados por el impacto que hubiese podido tener la crisis mundial en las ventas de Art Basel, cuyos organizadores siempre mantienen en reserva el importe de los negocios realizados. «Para mucha gente, el arte, y sobre todo la pintura, ha sido siempre un valor refugio. Esto les lleva a invertir dinero en objetos que tienen un valor real, entre comillas, que son ciertamente valores realizables desde un punto de vista financiero», explicó Blanco.