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Landaneko Joxe Mari hermano del preso de Ea Karmelo Landa

Lo que me cuestan a mí

El que Ama Guada, a sus 84 años, lleve ya 16 meses sin poder ver a su hijo mayor, sin poder darle un beso o un abrazo, siempre preocupada por él, siempre preguntando por él. ¿Pondréis también su coste en euros a esto?

El Ayuntamiento de Ea publicó en su boletín de mayo un artículo titulado: «Lo que nos cuestan la pintadas». En él se da cuenta del gasto, concretado en euros, que supone la limpieza de las pintadas del anagrama a favor de los presos vascos. Se nos dice, además, que «todos los concejales» decidieron tomar dicha medida «porque las pintadas afean la imagen del pueblo».

Antes que nada, unos pequeños apuntes sobre lo que se cita en ese artículo:

1- Todos los concejales no pueden tomar parte en el Ayuntamiento, por lo que, no es cierto que tan «limpia» decisión se tomara entre todos los representantes municipales.

2- Se esfuerzan en borrar los anagramas pintados. ¿Acaso los borrones de pintura que quedan son lo que dará aspecto de limpieza al pueblo? Yo, puestos a elegir, me quedaría con el mapa de Euskal Herria y las flechitas rojas.

3- Hay en Kale Nagusia dos «pintadas de niño», sin sentido alguno, que nadie ha tocado desde Noche Vieja. ¿Qué será, pues, lo «feo» que hay que borrar? ¿Las pintadas? ¿Pero cuáles?

Ante todo eso, quiero expresaros a vosotros, mandatarios y concejales del Ayuntamiento de Ea, así como a todos los que queráis saberlo, lo que me cuestan a mí. Lo que nos cuesta a mí, Joxe Mari Landa, hermano de Karmelo Landa, y a todos los familiares y amigos de éste:

Tener que viajar todas las semanas hasta Cáceres para poder mantener con él una conversación grabada «cristal de por medio» durante 40 minutos (Ea-Cáceres: 646 kilómetros, 7 horas). Tener que hospedarse allí, más las comandas de estancia y viaje. Añadámosle, también, lo que dejamos sin poder hacer en casa por haber pasado todo el fin de semana de viaje. Y el cansancio y el riesgo que suponen tantas horas de carretera. En euros, ¿cuánto creéis que sale todo eso?

Embarcar a mis dos hijas de cuatro y seis años, aprovechando algún puente, cada tres o cuatro meses en tan engorroso viaje para que puedan jugar durante una hora con su tío en un vis a vis entre rejas (por cierto, preguntadles a ellas qué les parece la estética de la pintura de las paredes de la cárcel). ¿Podríais calcularlo en euros?

El que Ama Guada, a sus 84 años, lleve ya 16 meses sin poder ver a su hijo mayor, sin poder darle un beso o un abrazo, siempre preocupada por él, siempre preguntando por él. ¿Pondréis también su coste en euros a esto?

Y multiplicad todo eso por la familia de Peru Aranburu, preso en Ocaña, por la de Kepa Arronategi, en Jaén; por la de Etxegarai, en Puerto de Santa María; por la de Kitxu Gonzalo... y por las de otros muchos de toda Euskal Herria. ¿Habéis sacado la cuenta del coste del que hablamos?

Tampoco a mí me agrada tener que colgar la foto de nuestro Karmelo en el balcón de casa, y mucho menos el motivo: que esté secuestrado en una cárcel española. También yo quisiera vivir en un pueblo limpio y cuidado, sin, entre otras cosas, toda esa «basura» que he citado. Pero tenemos claro, tanto yo como otros muchos, que hemos de denunciar la gran injusticia que tanto nuestros familiares y amigos presos como sus familias y amigos padecemos, que tenemos que reivindicar sus derechos legítimos y que, lejos de olvidarlos, hemos de tenerlos presentes en el recuerdo (si bien, desgraciadamente, no nos dejan muchos medios para ello).

Todos debemos hacer una reflexión. Así reza el boletín del Ayuntamiento; y estoy totalmente de acuerdo. He aquí, pues, la mía:

Estoy seguro de que si no se hubieran quitado las banderitas de los faroles de la calle, no habría habido pintadas. Estoy seguro de que si el Ayuntamiento, para arreglar este asunto, hablara con quienes defienden los derechos de los presos y negociara, pongamos por caso, la colocación de algunas banderitas y/o pancartas en diversos lugares del pueblo -por ejemplo, en el balcón del Ayuntamiento- de manera cuidada (siempre, claro está, que no hiera ostensiblemente la sensibilidad de algún vecino), en ese caso, no habría pintadas. Estoy seguro.

Estoy seguro de que si el Ayuntamiento de Ea adoptara una actitud activa y sincera en defensa de los derechos legítimos de sus vecinos presos y de los familiares y amigos de éstos, entre todos conseguiríamos un pueblo mucho más limpio, más justo y más bonito. Estoy seguro.

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