La atrevida ignorancia rebosa a raudales por las páginas futboleras y la Copa Confederaciones no iba a ser una excepción. Basta con echar una mirada por algunas páginas de internet o quedarse con ciertas acotaciones de algunos comentaristas televisivos y radiofónicos para confirmar el poco rubor con el que se puede hablar sobre algo de lo que no se tiene ni idea.

Nos referimos al caso de Matthew Booth, único jugador blanco de la selección sudafricana, cuyo personal rugido de ánimo desde la grada ha confundido a la mayoría de medios de comunicación, que lo han interpretado como un abucheo e incluso un signo de racismo.

«Boooooth! Boooooth!» es el reclamo con el que la hinchada bafana vitorea a una de sus estrellas quien, después de una prolongada estancia en el Samara ruso -desde 2002 hasta el presente año-, ha regresado al equipo donde destacó entre 1998-2002, el Mamelodi Sundowns, y al combinado nacional. Los aficionados le recuerdan con especial cariño, ya que Booth fue el capitán de la selección sub-23 que ganó a Brasil en los Juegos de Sydney.

El central izquierdo fue uno de los pocos destacados en el paupérrimo debut de la selección dirigida por Joel Santana. Nacido hace 32 años en Ciudad de El Cabo, Booth llegó a probar fortuna en el Wimbledon sin llegar a jugar un solo minuto en competición oficial.

Casado con una modelo negra

Por si quedara alguna duda para quienes han utilizado argumentos racistas de manera infundada, el jugador está casado con Sonia Bonneventia, una famosa modelo negra que llegó a ser dama de honor en la edición de 2001 de Miss África del Sur.

Similar grito de guerra se utilizó cuando Sudáfrica quedó campeona continental en 1995 y participó en el Mundial de Francia de 1998 para referirse al también jugador blanco Mark Fish, de los Orlando Pirates.