Los dirigentes de la UE decidiran durante la cumbre que celebrarán hoy si las «garantías» que pretenden ofrecer a Irlanda para que organice un nuevo referéndum sobre el Tratado de Lisboa puedan llevarse a cabo.

Estas «garantías», destinadas a lograr un «sí» en el referéndum tras el «no» a Lisboa de junio de 2008, se refieren al mantenimiento de la neutralidad militar de Irlanda, a su autonomía fiscal y a la prohibición del aborto.

Dublín, asimismo, ha obtenido el compromiso de que no perderá su comisario europeo.

El texto propuesto por Irlanda recibió una buena acogida de los representantes de los 27 durante una reunión que se celebró el martes, pero por el momento no se ha decidido nada sobre el mismo.

«Es una cuestión política y se la hemos dejado a los jefes de Estado y de Gobierno» de la UE que se reúnen hoy y mañana en Bruselas, señaló una fuente próxima a la Presidencia checa de la UE.

El texto prevé que «estas garantías» se presenten como «una decisión del Consejo», una fórmula jurídicamente vinculante pero que no necesita ratificación.

Se ha escogido esta fórmula -frente a un protocolo vinculado al Tratado de Lisboa como inicialmente quería Dublín- puesto que varios estados temían que en caso de que se iniciase un proceso de ratificación se abriría un debate extremadamente delicado.

Complicaciones

Vista la situación política de Gran Bretaña, reabrir el debate podría poner en cuestión la ratificación del Tratado en este país y enterrar definitivamente este texto.

Algunos estados temen que una ratificación complique la situación en Chequia y Polonia, que cuentan con presidentes euroescépticos (Vaclav Klaus y Lech Kaczynski) que han rechazado firmar el Tratado.

Sin embargo, Irlanda quiere que las «garantías» sean ratificadas para que tengan bases sólidas.