Blanca Urgell esboza su gestión cultural y pospone explicaciones concretas
La nueva consejera de Cultura compareció ayer por primera vez ante el Parlamento de Gasteiz para dar a conocer las políticas y las actuaciones a desarrollar por su departamento. Aun así, se centró en informar sobre la filosofía que guiará su gestión y no realizó anuncios concretos. Sin embargo, prometió cambios en el menor tiempo posible en relación a las irregularidades de los museos Guggenheim y Balenciaga o la figura de protección de Praileaitz.Itziar AMESTOY | GASTEIZ
La consejera de Cultura, Blanca Urgell, estrenó cargo ayer ante la Cámara de Gasteiz, con la humildad de quien, según describió ella misma, «es totalmente nuevo en el desempeño de labores parlamentarias y de gestión administrativa». De hecho, pidió paciencia a los parlamentarios de la Comisión de Cultura en cuanto demandaban explicaciones más profundas sobre su gestión o actuaciones en relación a casos concretos. Por tanto, no adelantó cuales serán los pasos a dar por el Gobierno de Lakua en temas como las irregularidades de los museos Guggenheim o Balenciaga, la cueva de Praileaitz, el Instituto Etxepare o los papeles de Salamanca. Urgell prometió diversas comparecencias para tratar cada uno de estos temas por separado. Aun así, defendió su discurso asegurando que es algo muy importante el hecho de explicar el planteamiento filosófico del departamento. Se escudó en la celeridad con la que se había presentado ante la Comisión, «que ha hecho que no podamos profundizar».
En la primera parte de su intervención, en la que se explayó en sus planteamientos, aseguró que la cultura es importante, tiene valor y es un fin en sí misma, y no sólo como «instrumento para la construcción identitaria». Subrayó, asimismo, que en la actual coyuntura económica «es una buena inversión» por su capacidad para traer retornos, dinamizar los sectores productivos y potenciar la imagen del país. Recordó que esta dimensión económica no es la función básica de la cultura y situó este momento como el ideal para valorar lo hecho hasta ahora.
Respecto a planes futuros, en vez de plantearse la materialización de nuevas infraestructuras culturales, la consejera aludió a otra forma de «relación, coordinación y reflexión compartida con los agentes e instituciones implicados». En lo que a Patrimonio Cultural se refiere, aseguró que cambiará la forma de relacionarse entre las instituciones. Como herramientas concretas situó el desarrollo del Centro de Formación en Patrimonio «Zain», la Ley de Museos y la creación de un Archivo Nacional que pueda dar pie a una futura Biblioteca Vasca. Como promoción de la cultura, habló de apoyar el actual tejido creativo y anunció su apoyo a la Escuela Superior de Artes Escénicas.
La política lingüística también tuvo un peso importante en la Comisión. Partiendo de «una realidad lingüística de bilingüismo asimétrico», prometió «un tratamiento económico y político diferenciado a la protección del euskera» que logre el objetivo final de «combatir el conflicto lingüístico», siempre buscando «el mayor nivel posible de consenso social y político».
Mayor concreción
A pesar de que desde puntos de vista muy diferentes, todas las intervenciones de los parlamentarios de la comisión coincidieron al analizar su discurso como muy abstracto y demandaron mayor concreción en diferentes puntos. Respecto a las irregularidades que hubo en la gestión de los museos Guggenheim y Balenciaga y los informes parlamentarios que se aprobaron en la anterior legislatura -tema que puso sobre la mesa el popular Carmelo Barrio-, Blanca Urgell no adelantó pasos concretos. Habló de una reunión este mes con la Diputación de Bizkaia para tratar el tema de la pinacoteca bilbaina y de una necesaria separación entre el proyecto del museo dedicado al modisto de Getaria y su gestión. No concretó, por tanto, si habrá una remodelación en la naturaleza de las sociedades instrumentales, tal y como concluían las recomendaciones de los informes, o si se renovará la dirección del Guggenheim. Respondiendo al parlamentario de Aralar, Mikel Basabe, opinó que la cueva de Praileaitz necesita una protección especial de todo el entorno, pero no dijo si modificará el decreto de protección tal y como instó esta misma comisión en diciembre de 2007.
Como respuesta a la jeltzale Leire Corrales, aseguró que sería una labor bonita conseguir traer los papeles de Salamanca y pidió tiempo para opinar sobre si sería posible traer el «Guernica» de Picasso. Por último, también demandó paciencia para posicionarse sobre un posible recorte presupuestario. En definitiva, una comisión que, como los parlamentarios repitieron en el segundo turno de intervenciones, queda con muchos puntos sueltos y sitúa como necesaria una nueva comparecencia de la consejera en setiembre.
La poca concreción de la comparecencia hizo que todos los grupos presentes hablaran de una próxima cita en setiembre, en la que se espera se puedan conocer más a fondo los puntos concretos del departamento.