Ya han superado el récord de los catorce ochomiles del disparate. Después de inventar y aplicar medidas que la Historia juzgará con severidad y frustrados por su ineficacia, se enzarzan ahora entre ellos para determinar de quién es la culpa de que la realidad no se ajuste a sus deseos.

Ayer el editorialista de «La Razón» se subía por las paredes porque -no se lo pierdan- «los 42 municipios del País Vasco y Navarra en los que gobierna la ilegalizada ANV, el brazo político de ETA, han recibido 29,5 millones de euros de las arcas del Estado gracias al Plan E, de España, creado por el Gobierno socialista para fomentar el empleo local». Supone el editorialista que en esos municipios no debería haber ni siquiera farolas pagadas con dinero público, o sea de todos. Bien pensado, no estaría mal ver a Garzón guiándose con una linterna cuando irrumpe con sus tropas.

Se abrazaba el editorialista a «un completo informe elaborado a partir de los datos oficiales del Ministerio de Política Territorial» de la AVT para denunciar que «pese a que en esos consistorios no ondea la bandera nacional ni se reconocen las competencias del Estado, ninguno a ha renunciado a unas jugosas subvenciones, cuyo destino real está por comprobar». Las «jugosas» subvenciones no son más que dinero de los ciudadanos y ciudadanas que a ellos revierten. ¿O cree el editorialista que los ciudadanos de Arrasate, Bergara, Hernani o Elorrio pagan menos impuestos que los de Hinojosa del Duero? Lo del «destino real» es más gracioso. Seguro que no es para trajes. Remember Valencia.

Se muestra apesadumbrado el amanuense porque «noticias como ésta ensombrecen otras, como la detención ayer de un comando etarra, que demuestran la eficacia de la lucha contra los pistoleros. Mientras haya grietas en la maquinaria del Estado de Derecho por las que se filtren los proetarras, la banda contará con el oxígeno político y económico suficiente para seguir matando. Resulta escandaloso, por ejemplo, saber que en los últimos tres años la televisión vasca, controlada por el PNV, dedicó a los dirigentes `batasunos' 45 espacios para que vendieran su mercancía y justificaran los asesinatos». Este pobre hombre ni sabe qué es el erario público ni conoce el interés de la información.