Hay veces en que una suave brisa despeja las nubes de la espesa inteligentsia del periodismo español y alguno se atreve a hacer preguntas incómodas para el establishmment. Ayer, Pablo Sebastián, en «Periodista Digital», advertía que «no deja de ser llamativo, y hasta cierto punto escandaloso, que cada vez que ETA mata a un inocente las fuerzas de seguridad españolas y francesas capturan uno o varios comandos etarras en cuestión de horas, con lo que se transmite a la opinión pública el mensaje de una inmediata eficacia policial que, por lo general, no tiene nada que ver con el comando autor del último atentado». Eso ya lo había observado yo misma.

Y sigue Sebastián molestando al ministro de turno: «como por arte de magia, las fuerzas de seguridad de España y Francia han detenido a varios miembros de distintos comandos de ETA». Todavía no han pasado ante el juez...

Y empiezan las preguntas: «alguien debería explicar por qué la Policía no detiene a los etarras antes de que de nuevo se cometan atentados y sí lo hacen horas después (...) insistimos: ¿por qué no los capturan en cuanto los detectan? Ése es un gran misterio sobre el que algunos mandos de Interior dan unas extrañas y muy confusas explicaciones». Pues la cosa parece clara y hasta Sebastián empieza a sospechar algo: «da la impresión de que cuando se produce un atentado etarra son los servicios de información los que entregan a la Policía francesa o española los datos de los terroristas localizados, para que se produzca la venganza y la captura de miembros de la banda, y el Gobierno de turno reciba todas las felicitaciones por la inmediata y brillante respuesta policial».

No se la dan con queso al vetusto periodista, que denuncia: «resulta un poco lamentable porque incluye una dosis de oportunismo y propaganda». Pues claro, amigo Pablo.

Llegados a este punto, Pablo Sebastián ha detectado también el modus operandi de Rubalcaba y cía: «¿cómo funciona esa macabra dinámica? La respuesta parece sencilla: una vez que se da la noticia de un crimen de ETA, se supone que desde el Ministerio de Interior se da la orden de cazar a unos cuantos etarras de los que tienen localizados de antemano para hacer un `regalo' a la opinión pública y dar imagen de eficacia a los familiares y amigos de la víctima, máxime si pertenece a las Fuerzas de Seguridad». Pues eso, puritita propaganda.