Ampliación de la UE
Erdogan culpa a París y Berlín del parón a la adhesión de Turquía
El Estado francés, Alemania y Chipre son los responsables de que el proceso de negociación para el ingreso de Turquía no avance, según Recep Tayyip Erdogan, que también criticó el clima hostil a esta candidatura que se ha vivido en las pasadas elecciones europeas. Con la llegada de Suecia a la Presidencia de la UE se espera una posición más amable hacia Ankara.
GARA | BRUSELAS
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, criticó ayer con dureza la lentitud del proceso de negociaciones para la adhesión de su país a la UE, al tiempo que denunció la obstrucción de algunos países, como el Estado francés o Alemania, y el clima negativa a la integración turca que se ha vivido durante las pasadas elecciones al Parlamento europeo.
«Algunos países han adoptado una actitud política en el proceso de negociaciones y sus esfuerzos para ralentizar las cosas nos entristecen», declaró Erdogan durante un encuentro con periodistas en Bruselas, en alusión a Chipre, el Estado francés y Alemania.
Turquía comenzó en octubre de 2005 las negociaciones para integración en la UE. Desde esa fecha, Ankara únicamente ha conseguido que se abran diez capítulos temáticos de los 35 que forman las laboriosas negociaciones de adhesión.
Está previsto que el próximo martes los miembros de la UE acepten abrir, tras reunirse en Bruselas, el decimoprimer capítulo, el referido a la fiscalidad.
Ocho capítulos están congelados desde diciembre de 2006 debido a la negativa turca a autorizar a Chipre a acceder a sus puertos y aeropuertos.
El Estado francés, por su parte, ha bloqueado la apertura de cinco capítulos que, a su juicio, conducirían directamente a la adhesión, un escenario que el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, rechaza categóricamente, con el visto bueno de Alemania y Austria.
«Ningún otro país candidato ha sido sometido a este trato», se quejó Erdogan. «Esta situación anormal debe cambiar», añadió. «Es difícil entender por qué no hay avances en los capítulos».
El jefe del Gobierno de Ankara denunció también el ambiente antiturco que, a su juicio, se ha vivido en la reciente campaña de las elecciones al Parlamento europeo en algunos estados miembros, donde la perspectiva de la adhesión turca se ha empleado en los discursos más conservadores.
«Algunos políticos de mente estrecha han utilizado a Turquía con fines electorales. Pensamos que es algo populista y erróneo», señaló.
Erdogan volvió a rechazar la oferta de «asociación preferencial» que han realizado a Turquía el Estado francés y Alemania como antídoto al proceso de adhesión y consideró discriminatoria la actitud que mantiene Sarkozy.
«No podemos aceptar la posición que mantienen Francia y Alemania. No queremos nada menor que la adhesión plena y completa», insistió Recep Tayyip Erdogan.
En el proceso de negociación, Turquía cuenta con un medio de presión, el proyecto de gasoducto Nabucco, que deberá aprovisionar de gas procedente de Asia Central a la UE, reduciendo la dependencia energética de Rusia. Para ello, es imprescindible atravesar el territorio turco.
Malestar del Ejército
Coincidiendo con la estancia de Erdogan en Bruselas, el jefe del Ejército turco compareció ante la prensa en Ankara para denunciar «una campaña denigratoria» contra los militares, en medio de una polémica sobre un eventual plan para desestabilizar al Gobierno del AKP (islamista conservador). «Mientras en el mundo suceden acontecimientos importantes, especialmente en Irán, Turquía malgasta inútilmente sus energías en torno a una polémica estéril», declaró el general Ilker Basbug.
El general Basbug recordó que la Justicia militar determinó que el documento que supuestamente establecía el plan para desestabilizar el Gobierno era falso y destacó que «el Ejército no permanecerá como espectador ante una campaña que pretende denigrarlo».
«Somos una institución que defiende la Constitución y no permitiremos que nadie de nuestras filas se sume a actividades contrarias a las leyes», destacó el Jefe del Estado Mayor en un tono especialmente virulento.
El general Basbug compareció junto a los principales mandos del Ejército, que desde 1960 ha derrocado a cuatro gobiernos elegidos en las urnas. El Ejército turco asume el papel de «garante» del laicismo impuesto por Mustafa Kemal Atatürk ante lo que consideran intentos islamizadores del AKP.
El diario liberal «Taraf», que critica habitualmente al Ejército, publicó recientemente un documento que supuestamente pertenecía a un coronel del Estado Mayor y que ponía en marcha un plan destinado a desestabilizar al AKP, el partido de Erdogan, y la fraternidad religiosa de Fethullah Gülen, uno de sus más importantes apoyos.
Según «Taraf», este plan sería una respuesta a la investigación que está en marcha sobre la red Ergenekon, formada por personalidades laicistas y militares de alta graduación y que ha sido acusada de intentar crear tensiones en la sociedad turca para favorecer un golpe de Estado militar para derrocar al AKP.
Erdogan, cuyo partido ha acudido como parte afectada a los tribunales que investigan el «caso Ergenekon», no se mostró excesivamente convencido por las manifestaciones de los militares, destacando el miércoles que «todavía hay mucho que hacer para aclarar este asunto».
Sin citar expresamente a Erdogan, el general Basbug afirmó que no comprende el punto de vista del primer ministro. «Las autoridades militares han hecho todo lo que tenían que hacer en relación a ese documento», destacó.
Revisión constitucional
Para complicar aún más el revuelto panorama político turco, el general Kenan Evren, instigador del golpe de Estado de 1980, afirmó que se suicidaría si las autoridades civiles deciden juzgarle por esos hechos.
«Que pregunten al pueblo, que organicen un referéndum. Si el pueblo turco se pronuncia a favor de un procesamiento, no podría vivir con esa vergüenza. Prometo a todo el mundo que me suicidaré», declaró al diario «Hürriyet».
El general Evren, de 92 años y con una frágil salud, se refería al debate político sobre la conveniencia de enmendar la Constitución para juzgar a los instigadores del golpe militar de setiembre de 1980, el último de la historia turca.
Un artículo provisional de la Constitución de 1982, aprobada bajo la influencia de los militares, prohíbe que los responsables de un golpe de Estado sean llevados ante la Justicia.
«Esta Constitución fue adoptada por referéndum con el 92% de los sufragios», destacó el general Evren, tras afirmar que el Ejército intervino para «acabar con un periodo de anarquía en Turquía, donde se registraban decenas de muertos cada día por los conflictos armados entre la izquierda y la derecha».
Dirigentes del AKP y del principal partido de la oposición, el kemalista CHP, se reunieron el miércoles para debatir sobre la posibilidad de la reforma legal. Entre quienes podrían ser juzgados, además de los militares golpistas, se encuentran los integrantes del Gobierno impuesto por el Ejército y los miembros que aún viven de la Asamblea Consultiva que dirigió la transición en 1983.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, reclamó a Turquía el jueves desde Nicosia que permita el acceso a los buques chipriotas a sus puertos como condición para avanzar en la negociación.
El comisario de Ampliación, Olli Rehn, mostró su esperanza en que durante la Presidencia sueca de la UE, que comienza el miércoles, se produzcan avances en el proceso de integración de Turquía, con la apertura de nuevos capítulos.
Un dirigente del PKK fue detenido por la Policía rumana en Varsanad cuando trataba de entrar en Hungría. Husseyin C reclamó asilo político, pero las autoridades rumanas la rechazaron por «pertenecer a una organización terrorista».
El presidente de China, Hu Jintao, presentó el jueves una propuesta de cinco puntos para mejorar las relaciones con Turquía, durante la visita oficial que su homólogo turco, Abdullah Gül, llevó a cabo a Beijing.
La gestión y transporte de los residuos radioactivos es un gran problacarrear graves e acarrear graves e acarrear graves e ema que puede acarrear graves e irreparables consecuence sin previo aviso, a través de los
Mientras Erdogan intervenía en Bruselas, los dirigentes de las comunidades turca y griega de Chipre alcanzaban un acuerdo para abrir un nuevo paso entre el sur y el norte de esta isla mediterránea, dividida en dos desde hace 35 años. El reconocimiento de Ankara a la República Turca del Norte de Chipre (RTNC) es uno de los elementos que complican el proceso de negociación para la integración de Turquía en la UE.
El nuevo paso, situado en una de las zonas más remotas de la isla, será el séptimo entre la RTNC, que únicamente reconoce Ankara, y la República de Chipre, miembro de la UE reconocida internacionalmente, y se ubica en Limnitis-Yesilyirmak.
El presidente grecochipriota, Demetris Christofias, y el dirigente turco, Mehmet Ali Talat, se reunieron ayer por trigesimocuarta vez desde el inicio de las conversaciones en setiembre.
Los grecochipriotas demandaban la apertura del paso de Limnitis-Yesilyirmak para facilitar el acceso a la capital, Nicosia, de los habitantes de Kato Pyrgos, a la espera de la reunificación de la isla.
Debido a la división de la isla de 1974, se necesitan más de dos horas para llegar desde Kato Pyrgos, una ciudad de la costa noroeste, hasta Nicosia, cuando únicamente hay 80 kilómetros de distancia.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, valoró muy positivamente la apertura de este paso, calificándolo como un avance hacia la solución definitiva del conflicto chipriota.
«Es una muy buena noticia y una excelente respuesta al llamamiento que hice a los dos líderes para que se pongan de acuerdo sobre medidas de confianza y avancen en las negociaciones encaminadas a la reunificación de la isla», señaló Durao Barroso.
El comisario de Ampliación, Olli Rehn, por su parte, anunció que la Comisión Europea está dispuesta a contribuir financieramente a la apertura del paso.
También el presidente del Parlamento europeo, Hans-Gert Pöttering, aplaudió la noticia, puesto que «muestra la seriedad de los esfuerzos desplegados por los dos líderes».
«Espero que conduzca a dar otros pasos que mejoren la vida cotidiana de los ciudadanos de las dos comunidades», añadió Pöttering.
GARA
A los oídos sordos con los que la UE responde a los requerimientos de Erdogan, hay que sumar la firme oposición del Ejército turco, sumido en acusaciones de preparar un golpe de Estado para derrocar al Gobierno del islamista conservador AKP.
