Extraña escribir en pasado, en especial cuando por la noche uno se ha ido a la cama en presente y se levanta diciendo fue. Y con fue, definitivamente, se queda, Michael Jackson, que la vida dura menos que una serpentina colgada del balcón de un primer piso. Frank Sinatra, otro que fue, decía que Jackson era mejor que él.

No Frank, haznos caso, escuchar tu voz es un placer admirativo que no lo supera ser humano o espectro. Y espectro fue Michael cuando deslumbró a la mayoría de los aficionados a la música interpretando en las pantallas el terrorífico «Thriller», al que volveremos en breve tras olfatear el recuerdo de "Off the wall", su álbum previo, un disco de música negra, muy soul y con excelentes canciones. Jackson ya demostraba capacidad para la composición, cuatro temas eran suyos, y un gran dominio del ritmo y la voz: flexible, versátil, expresiva, dulce, penetrante.

«Off the wall» se publicó en agosto de 1979, con el vocalista celebrando sus 21 años y el público universal a sus pies, en esa época calzados con zapato negro y calcetines blancos, estética que años posteriores harían un gran daño a la vista y el buen gusto. De esta referencia se llevan vendidas cerca de treinta millones de unidades.

«Thriller», de película

Tres años después de «Off the wall», Michael Jackson dobla el espinazo de la música con el lanzamiento de «Thriller». En sus 42 minutos mezcla soul, funk, disco, ritmo y blues, hard-rock y rock. El combinado, de alguna forma, revienta conceptos y crea un estado de nueva euforia en las pistas de baile, pero, además, trascendiendo al espacio rock. El video musical sobre «Thriller» marca un punto de inflexión en el género, pues sus 13 minutos se desarrollan dentro de un concepto de clip más próximo al cine que a la inmediatez de los tres minutos habituales. No cabía imaginar que con semejante duración pudiera colarse en las televisiones, pero la extrema calidad de la producción, la dirección de John Landis, más las aportaciones e ideas del propio Jackson, terminaron por eliminar cualquier oposición.

En «Thriller» Jackson seduce de tal forma, que derrumba cualquier intento de oposición. Costó una millonada, pero del dinero nunca surgió talento, éste se posee, no se compra.

El videoclip es un homenaje a las películas de terror por lo que Vincent Price es uno de los protagonistas del proyecto. El bajo marca el ritmo mientras Jackson canta con malévolo gesto: «Es cerca de medianoche y algo diabólico está acechando en la oscuridad. A la luz de la luna ves algo que casi paraliza tu corazón (...). Empiezas a temblar mientras el horror te mira directamente a los ojos. Estás paralizado. Oyes cerrarse la puerta y te das cuenta de que no hay ningún sitio al que puedas escapar. Sientes la mano helada y te preguntas si volverás a ver el sol». No es una gran letra, ni siquiera porque ambos protagonistas tengan ahora la mano helada, pero Jackson realiza una interpretación vocal y visual espléndida. En este álbum, otro de los grandes pelotazos fue «Billie jean», tema que llegó a ser grabada por un grupo de Ondarroa, Hazurbeltza, en edición de junio de 2001. Michael lleva a la canción uno de los temas de su vida cotidiana, la acusación de que era padre de un niño no reconocido como hijo por él: «La gente siempre me dice que tenga cuidado con lo que hago. Y que no vaya por ahí rompiendo los corazones de las muchachas. Y las madres siempre me dicen que tenga cuidado con a quien amo. Y que tenga cuidado con lo que hago porque la mentira puede convertirse en verdad. Billie Jean no es mi amante. Es sólo una chica que dice que yo soy el único».

A sus 24 años, Jackson no sabía que sólo le quedaba otro tanto de vida, pero ya intuía que comenzaba a ser, eso, único y peculiar. Respecto a «Thriller», al margen de batir todos los récords posibles, existe una curiosa anécdota ibérica, pues el artista Luixi Toledo, de Talavera de la Reina, demandó en 2005 a Michael Jackson por plagiarle su tema «Exorcismo». Existe parecido farandulero, cierto, pero nadie duda de quién copió a quién.

Primeros años

Michael Jackson es uno de los hijos de Josephin y Katherine. Le antecedieron Maureen, Rebbie, Sigmund Esco, Toriano Adaryll, Jermaine Lajuan, La Toya Ivonne y Marlos David y le siguieron Steve Randall y Janet Damita Jo. Se casó dos veces, primero con Lisa Marie Presley, hija de Elvis Presley, después con la enfermera Deborah Rowe, madre de dos de sus hijos, Prince Michael y Paris. Un tercer hijo, Prince Michael II fue engendrado, según él, en una madre de alquiler utilizando su esperma. Todos ellos, y alguno más, esperarán impacientes la lectura del testamento, que puede ser un documento tan ilustrativo como curioso.

The Joseph, su padre, se sabe que fue artista de tres al cuarto, pero que supo intuir el potencial de sus hijos a la primera. Tras llegar de la escuela les sometía a siete horas de ensayos, cerrando toda relación con el exterior y otros críos. Se ha hablado de maltrato, de autoritarismo, de explotación..., pero logró su objetivo el éxito para The Jackson 5, The Jackson, Michael Jackson y el de algún hijo más, aunque quizá también consiguió la ruina de Jermaine, La Toya, con carreras penosas y probleemáticas, y el final anticipado de su hijo más talentoso, Michael Jackson.

Vuelta y muerte

Queda la autopsia, pero los últimos indicios apuntan a una sobredosis de morfina como causa directa del fallecimiento. No extraña, pues nadie ignora que la última década, en especial, ha sido muy complicada para Jackson tanto síquica (demandas, estrés, ansiedad, deudas...) como físicamente.

Este verano se había comprometido a una gira por Gran Bretaña, pero eran muchos los que dudaban que pudiera materializarse. Se sabe que tomaba diversos medicamentos, pero no qué ni de qué manera. La autopsia aclarará -si los profesionales entienden el cuerpo de Jackson- un poco más las cosas, al menos desde el punto de vista formal, pero todo el mundo conoce que el músico de oído absoluto (habilidad para identificar una nota sin necesidad de referencia) llevaba mucho tiempo forzando la sala de máquinas.

Nadie esperaba el latigazo, pero bajo estas circunstancias todo era posible. Michael Jackson ha dado el único paso que le faltaba para convertirse en un mito.