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Victoria Mendoza Psicoterapeuta

Alarde de Irun sin exclusión

No es correcto que el alcalde de Irun esté presente en las actividades del alarde tradicional y no aparezca en las del alarde mixto. No sólo es un desprecio sino que es conducir, de manera clara y directa, qué actitud tendrá la sociedad ante uno u otro alarde

El Ayuntamiento de Irun está muy presente cada vez que hay un asesinato o maltrato hacia cualquier mujer, bien sea ciudadana irundarra o de cualquier otro sitio, y ha dado pasos importantes en cuanto al apoyo, atención y orientación que se da a mujeres maltratadas de la comarca. Por eso es difícil entender por qué no se logra avanzar en resolver un conflicto social en torno a un alarde donde se pretende que participen las mujeres. No es correcto que el alcalde de Irun y parte de la corporación municipal estén presentes en cada una de las actividades del alarde tradicional y no aparezcan en absoluto en el alarde mixto. No sólo es un desprecio sino que es conducir con esta postura, de manera muy clara y directa, qué actitud tendrá la sociedad ante uno u otro alarde.

Hace dos años en Hondarribia hubo personas que acordaron ponerse máscaras de perros o cerdos cuando pasaba el alarde mixto y hace un año se han puesto de acuerdo en abrir un paraguas negro que impidiera ver el alarde mixto como una forma de demostrar el desprecio a su participación. Asimismo, tanto en Irun como en Hondarribia se han dado caso de insultos y desprecios verbales hacia el alarde mixto, sin que en ningún momento haya habido una llamada de atención o disculpa por parte de las autoridades institucionales.

Estos hechos se dan porque la gente se siente con ese derecho y esto de alguna manera es apoyado por la actitud de las autoridades municipales, no sólo porque se permiten estos actos, sino porque desde el propio Ayuntamiento están determinando e indicando cuál es el alarde oficial. Esto es incorrecto, o bien apoyas a los dos de la misma manera, o bien no apoyas a ninguno de los dos. Más correcto aún sería conseguir que el pueblo entienda que la mujer tiene derecho de ganar espacios y participar en estos donde se les ha negado siempre su participación. Si nos ponemos dignos y firmes ante cualquier tipo de maltrato hacia las mujeres, ¿por qué no nos sentimos afectados por que se maltrate a un colectivo de mujeres que pretende participar en un alarde en igualdad de condiciones? ¿dónde queda ese discurso tan sonado de «igualdad de oportunidades», de «empoderamiento de la mujer», de «no al maltrato machista o de género», «no a la exclusión de la mujer»...? En fin, ¿dónde está esa coherencia social y política de denuncia y reivindicación, de indignación y solidaridad hacia todos los derechos de las mujeres? ¿dónde está esa participación institucional de apoyo a las mujeres de Irun, cómo podemos garantizar que estás mujeres no sean maltratadas socialmente? ¿cómo podemos garantizar a todas estas mujeres que no habrá ni rechazo, ni maltrato, ni exclusión social?

La respuesta es simple y sencilla: si las autoridades municipales determinan y apoyan un alarde mixto, el resto de la sociedad acabará entendiendo y aceptando este hecho como algo normal y necesario, entenderá que es importante que la mujer siga conquistando espacios y siga ganando derechos de participación en igualdad de oportunidades en todos los ámbitos y circunstancias.

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