ELA presentó ayer un análisis del mercado laboral vasco en el que se denuncia que el Gobierno español, que es quien tiene la competencia en materia laboral, permite a los empresarios «hacer y deshacer» a su antojo en la contratación. A juicio de ELA, la alta temporalidad existente, después de las numerosas reformas laborales, es una «estrategia empresarial» que les beneficia, sea en época de crecimiento o en crisis profunda. Porque la realidad demuestra que cuando necesitan mano de obra la consiguen «de forma barata por la vía de la temporalidad» y, al contrario, cuando necesitan destruir empleo a causa de la crisis económica «envían a la calle a miles de trabajadores, sin necesidad de expedientes de regulación ni nada de nada».

El secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, «Txiki», acompañado por Mikel Noval y Julene Gabiola, recordó que la Administración pública que, en realidad, es quien debiera velar por que se cumpla la legislación en materia laboral, «hace tiempo que dejó de vigilar los fraudes empresariales en la contratación laboral. Se realizan numerosos contratos en fraude de ley, se concatenan sin que nadie tome cartas en el asunto».

Círculo a favor de las empresas

Para el máximo responsable de ELA, sería necesaria una reforma de esa legislación que impida «ese fraude que la Administración conoce, pero mira hacia otro lado». Con el agravante, a juicio de Muñoz, de que «el sistema laboral está concebido para que quien demande o denuncie esa situación irregular, se tenga que ir a la calle, con lo que se cierra el círculo a favor de los empresarios». En base a estos argumentos, ELA reconoce que no es necesaria una nueva reforma laboral «porque los empresarios tienen en su mano lo que quieren. La patronal sabe que tiene una bicoca que le favorece» y, por otro lado, aseguró que si el Gobierno español, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, no lleva adelante una nueva reforma es «porque ha decidido dejarle a la patronal que administre el empleo como quiera». En este sentido, Txiki Muñoz lamentó que los procesos de diálogo social busquen sólo «la paz social», como en Nafarroa, en lugar de avanzar en las garantías de los trabajadores para conseguir seguridad en el empleo y salarios justos.

Julene Gabiola, representante del Gabinete de Estudios, recordó que las reformas laborales efectuadas desde hace ya 25 años, «sólo han profundizado en la precariedad laboral».

Aumentar los beneficios

Mikel Noval, secretario de Política Social, destacó que los empresarios vascos «utilizan la temporalidad para aumentar sus beneficios y su poder de decisión en las empresas». Así criticó que, según los datos oficiales de enero a marzo de este año, se destruyeron 36.900 empleos en Hego Euskal Herria. En ese mismo período, según los datos del informe de ELA, se ha producido una reducción de 30.800 personas con contrato temporal. «El 83,5% del empleo destruido ha sido temporal. Se han destruido 342 empleos al día, de media».

De esa forma, la tasa de temporalidad ha bajado al 22,2%, ocho puntos por encima de la UE. Ocurre así, «no porque se hayan firmado más contratos indefinidos, sino porque han ido a engrosar las filas del paro», precisó Noval. Porque, la evolución demuestra que casi el 91% de los contratos son todavía temporales «pese a las promesas de que con las reformas se iba a reducir». Los jóvenes sufren el triple de temporalidad y las mujeres, diez puntos por encima de los hombres.

Esta situación genera más pobreza y recordó que son los empresarios los que siempre salen ganando, porque «los datos oficiales muestran que el salario de los trabajadores temporales es de 1.033 euros al mes, un 20,5% inferior a la media».

Quienes tienen esa precariedad «tienen un 50% más probabilidades de sufrir un accidente, en Nafarroa y tres veces más de sufrir un accidente grave o mortal en la CAV».