Los conjuntos vascos, ante la crisis
La pachorra del mercado futbolístico también alcanza a los nuestros
Los esfuerzos no se centran de momento en adquirir nuevos mimbres con los que mejorar el rendimiento de la plantilla, sino en intentar reparar las maltrechas cajas de todos ellos con la purga de algunas piezas.
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Junio, un mes que solía ser un hervidero de transacciones futbolísticas, ha pasado este año sin pena ni gloria. El mucho ruido ha sustituido a las pocas nueces recogidas y ello es el mejor ejemplo de lo vacíos que están los bolsillos de los conjuntos vascos, una situación común al resto de equipos europeos.
Apenas ha habido incorporaciones entre los nuestros, no porque no estén necesitados, que lo están y mucho si nos atenemos a los apuros clasificatorios de última hora de la pasada campaña, sino porque lo único que hay en la caja son telarañas. De los de Primera, Osasuna es el único que ha movido pieza con el fichaje de Calleja, y ha sido una operación que llevaba ya mucho tiempo gestándose, con coste cero y sin alboroto.
Es época de crisis. El runrún de rumores, dimes y diretes ha suplantado al otrora correr del dinero de pasadas campañas. Multitud de nombres salen a la palestra, pero muy pocos de ellos tienen visos de materializarse. El Athletic, por ejemplo, todavía está pendiente de presentar su primera cara nueva para la próxima temporada, pese a que su técnico sigue insistiendo en ello.
Para poder entrar, primero hay que dejar salir. Esa es la máxima que los clubes vascos están aplicando a rajatabla, a la vista de la poca liquidez existente. Tratar de aminorar los gastos es la prioridad en estos momentos, sobre todo para las entidades más acuciadas.
Real Sociedad y Alavés, con sendos procesos concursales a modo de espada de Damócles, están purgando sus plantillas. Los donostiarras han renovado sólo a sus diamantes en bruto y abren la puerta a los más veteranos. Gerardo y Moha seguirán el camino emprendido por otros compañeros -Abreu, Necati...-, mientras que los babazorros, con un ERE pendiendo de sus cabezas, se van a quedar con lo más básico.
En la misma sintonía, al igual que la categoría, el Eibar va a perder a varias de sus piezas más importantes, y el Real Unión ya ofreció esta semana el parte de bajas, tratando de mantener a su bloque básico.
Arrojar lastre
Es una tarea común también al resto. Osasuna quiere deshacerse de Ezquerro y Portillo -dos de sus fichas más elevadas-, ceder a Sola y no vería con malos ojos el traspaso de Nekounam o Plasil, como única forma de que entren monedas con las que hacer frente a operaciones para conseguir los servicios de hombres como Aranda, Barkero..., sin olvidarse de las ya acostumbradas cesiones de los más grandes.
El Athletic tampoco está para tirar cohetes. Los de Ibaigane, protagonistas de desembolsos económicos importantes en anteriores épocas veraniegas, ahora deben centrarse en intentar mantener a sus figuras más cotizadas -Llorente e Iraola- y centrarse en hacer huecos con la salida de hombres como Ustaritz y Muñoz.
A falta de caras nuevas en la plantilla, el próximo cambio que se aventura en el Athletic es el del coordinador de Lezama. El elegido parece ser Amorrortu, quien ya fuera director deportivo entre 1994 y 2001.
También puede ser una época de regresos en la Real Sociedad. Tras la marcha de Xabier Manzisidor al Real Madrid, el que fuera cancerbero txuri urdin Alberto López podría entrenar a los porteros.
El que fuera hasta la pasada campaña jugador osasunista Javier Flaño firmará a lo largo de la presente semana su compromiso con el Numancia. El de Noain ocupará la plaza dejada por Juanra, fichado por el Racing, club que también estaba entre los interesados por hacerse con el defensa navarro, además de un hipotético acercamiento del Athletic que al final no se ha materializado.
El centrocampista Roberto Cuevas alcanzó ayer un acuerdo de rescisión con el Alavés, por el que el jugador obtuvo su carta de libertad y perdonó las cantidades correspondientes a la próxima temporada. La salida de Cuevas se une a las de Garitano y Albacar, pero no será la última, ya que otros jugadores como Kalderon también están negociando su desvinculación con el club.
Lo curioso y paradójico de la actual situación de quietud futbolística es que, de la misma forma que aparenta tener continuidad para las próximas semanas, un fuerte movimiento del mercado puede sacudir de manera vertiginosa todas las piezas del dominó.
Y ello depende de los más grandes. Un traspaso millonario entre clubes de la misma liga -léase Villa o Forlán- podría traer consigo una marejada de transacciones, de las que los más pequeños suelen salir generalmente peor parados por verse despojados de alguna de sus piezas básicas.N.M.