Los iraquíes comenzaron ayer a celebrar la retirada de las tropas estadounidenses de las principales ciudades del país árabe en medio de excepcionales medidas de seguridad destinadas a evitar más atentados.

El momento álgido tuvo lugar en la madrugada de ayer con el traspaso del poder de la última de las 86 posiciones estadounidenses en Bagdad. Los iraquíes tomaron posesión del antiguo Ministerio de Defensa, en el centro histórico de la capital. Este edificio, construido en 1938, fue ocupado en 2003 por los soldados estadounidenses.

«La restitución del antiguo Ministerio de Defensa a las autoridades iraquíes se convierte en un símbolo de que la soberanía vuelve a nuestro pueblo y este momento marca el fin de la dominación de la Fuerza Multinacional», afirmó el general iraquí Abud Qambar, comandante de la Cámara de Operaciones de Bagdad.

Acababa de recibir de manos del general Daniel Bolger, comandante de la Fuerza Multinacional de Bagdad, una simbólica llave. En el edificio, ondeaba una gigantesca bandera iraquí.

Ocupado inmediatamente tras su llegada por el Ejército estadounidense, el antiguo Ministerio servirá a partir de ahora de cuartel general para la 11ª División del Ejército iraquí, encargada de la seguridad de Bagdad.

El nuevo Ministerio de Defensa está situado en la llamada Zona Verde, el sector ultraprotegido de la capital iraquí.

Los cuarteles de la Policía estaban decorados con flores artificiales y banderas iraquíes y los coches estaban adornados con cintas de colores. También se colocaron pancartas con lemas como «Irak, mi nación, mi dignidad, mi honor».

Asimismo, las autoridades iraquíes organizaron para celebrar el «Día de la Soberanía Nacional» una gran fiesta en Zawra, el mayor parque de la capital, donde los bagdadíes pudieron escuchar a los más renombrados cantantes iraquíes.

Más atentados en Mosul

Por otra parte, al menos diez personas murieron y otras ocho resultaron heridas en dos atentados registrados ayer en Mosul, según informaron fuentes policiales. La primera acción, llevado a cabo con un coche bomba, tenía como objetivo una patrulla policial que circulaba por la localidad de Al-Hamdaniyah, a 35 kilómetros al norte de Mosul. Murieron cinco policías, un guardia de seguridad kurdo y dos civiles. En el segundo, la detonación de un artefacto en el centro de Mosul ocasionó la muerte de dos policías y heridas a otros tres.