Un Roger Federer seguro de su poderío batió por undécima vez al sueco Robin Soderling, al que ya superó recientemente en la final de Roland Garros. Ganador en tres sets -6-5, 7-6 y 7-6-, el suizo no tuvo que sufrir más que en París o que en cualquiera de los otros nueve duelos precedentes, en los que sólo ha cedido una manga.

«Estaba relajado, sin ninguna de las señales de pánico que podía mostrar hace seis meses. Entonces me sentía incómodo, falto de seguridad. Ahora me siento perfectamente. Me desplazo bien, sirvo bien, mi ritmo al fondo de la pista es bueno» resumió Federer.

El suzio fue sólido en los momentos cruciales, rompiendo el servicio de su adversario en el 4-4 en la primer manga antes de mostrarse insuperable en los tie-breaks. «Ha sido un duelo entre sacadores», comentó. Un entrenamiento perfecto antes de su choque de cuartos contra el sorprendente croata Ivo Karlovic, que se deshizo del español Fernando Verdasco merced a su destructivo servicio.

A menudo torpe en el juego y falto de movilidad, el «rey del ace» no ha concedido una sola bola de break en sus tres últimos partidos. Desde la cumbre de sus 2,08 metros, Karlovic es capaz de dar todas las trayectorias posibles y concebibles a sus servicios.

Ante tal rival, es indispensable seguir siendo sólido con el saque propio e incrementar el rendimiento en los tie-breaks. En su particular average, Federer supera a Karlovic por 8 a 1. Si hace prevalecer la lógica ante el croata, Federer entrará en su 21ª semifinal consecutiva de Grand Slam. Aunque le faltarán dos pasos para alcanzar el récord de quince títulos grandes.

En semifinales, se enfrentaría bien a Tommy Haas o bien a un Novak Djokovic al alza tras vencer con autoridad sus tres últimos partidos.

El rodillo de las Williams

Entre las féminas, las hermanas Williams son más favoritas que nunca para una cuarta final familiar sobre el césped londinense. Sin que su rodilla le diera problemas -el aparatoso vendaje que llevaba hacía presagiar males mayores-, Venus se benefició del abandono de Ana Ivanovic, quien arrojó la toalla tras encajar un expeditivo 6-1 en el primer set. Por su parte, Serena se mostró expeditiva contra Daniela Hantuchova (6-3 y 6-1).

«Con su experiencia, la diferencia se incrementa. No va a ser fácil», advertía Amelie Mauresmo en referencia a la posibilidad de evitar un cara a cara entre las dos hermanas. La ex campeona francesa fue capaz de arrebatarle una manga a Dinara Safina, pero terminó doblando la rodilla (4-6, 6-3 y 6-4).

El recorrido irregular de la número uno de la WTA da la razón a quienes dicen que la hierba no es su fuerte y que lo tendrá muy complicado ante cualquiera de las dos estadounidenses.