GARA > Idatzia > > Eguneko gaiak

Golpe de Estado en Honduras

Condena mundial al derrocamiento de Zelaya y rechazo al Gobierno «de facto»

La condena mundial al golpe de Estado en Honduras que conllevó el derrocamiento del presidente electo, Manuel Zelaya, ha sido unánime, como lo ha sido también el rechazo y no reconocimiento internacional al Gobierno «de facto» que encabeza Roberto Micheletti. Los ocho países que integran el ALBA junto a Honduras acordaron en su reunión extraordinaria retirar a sus respectivos embajadores en Tegucigalpa hasta que Zelaya sea restituido.

p002_f01_250x136.jpg

GARA | TEGUCIGALPA

Miles de hondureños han permanecido las últimas horas frente al Palacio Presidencial, en Tegucigalpa, para mostrar su rechazo al golpe de Estado que el domingo derrocó y expulsó del país a Manuel Zelaya y a la usurpación del poder, con el apoyo de las Fuerzas Armadas hondureñas, por parte del que hasta entonces era el presidente del Congreso, Roberto Micheletti. Sectores sociales y sindicatos convocaron a una huelga nacional desde ayer para exigir el regreso del mandatario, que permanece en Nicaragua.

La vigilia frente al Palacio Presidencial, a la que durante la jornada de ayer se fue sumando gente, no pudo impedir que el presidente «de facto» tomara posesión de esas dependencias, totalmente militarizadas, mientras centenares de soldados, con tanques y diverso armamento, se preparaban para reprimir las protestas.

La «asonada político-militar», como la calificó Zelaya, recibió la condena unánime de organizaciones internacionales, ONG, gobiernos de todo el mundo y organismos regionales. Todos, sin fisuras, expresaron su reconocimiento a Zelaya como único y legítimo presidente de Honduras y exigieron su regreso.

Incluso su homólogo estadounidense, Barack Obama, dejó claro que no reconocerá a ningún otro presidente y calificó de «ilegal» el golpe de Estado contra Zelaya, mientras su secretaria de Estado, Hillary Clinton, señaló que la prioridad es la restauración del orden democrático en Honduras, aunque afirmó que no se suspenderá la ayuda al país centroamericano.

El ALBA retira sus embajadores

Especial relevancia tiene la resolución adoptada por la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), iniciativa impulsada por Cuba y Venezuela y de la que Honduras forma parte, en su reunión extraordinaria de ayer en Managua. Los países miembros de la Alianza anunciaron la retirada de todos sus embajadores en Tegucigalpa hasta que sea restituido el presidente Zelaya y anunciaron que no reconocerán a ningún otro jefe de Estado.

A pesar de esta medida diplomática, el ALBA mantendrá sus proyectos de colaboración con Honduras como país miembro, aunque insisten en la exigencia del retorno de Zelaya.

Los gobiernos de la Alianza se declararon en sesión permanente de consulta con los ejecutivos del continente para evaluar otras acciones que permitan restaurar el Gobierno constitucional, e instaron a actuar de igual forma a organizaciones internacionales y regionales. «Nadie debe obedecer a un Gobierno usurpador que usa medios que quebrantan las constitución y las leyes», añade la resolución, que insta a la comunidad internacional a no reconocer a ningún Gobierno que no sea el legítimo de Zelaya y a los «sectores democráticos de las Fuerzas Armadas» a que respalden a Zelaya y a su pueblo.

Manuel Zelaya, que participó en la reunión, señaló que «los ejemplos del mundo nacen en organizaciones nuevas», refiriéndose al ALBA. «Si no hacemos nosotros algo por nosotros mismos, ¿quién lo va a hacer?», se preguntó, y aseguró que la fuerza que tienen los planteamientos de organizaciones como el ALBA «determinan y nos llevan a la convicción de que aún existe la posibilidad de que la fuerza del pueblo y la democracia, y el humanismo que practicamos, sean las notas de una sociedad moderna del siglo XXI».

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, abogó por el aislamiento político hasta que Zelaya retorne al poder.

Lejos de amilanarse, el sustituto de Zelaya en el cargo anunció ayer una campaña para intentar obtener el reconocimiento internacional de su mandato, para el que fue elegido por el Parlamento tras el golpe de Estado. «No llego a esta posición bajo la ignominia de un golpe de Estado, llego como producto de un proceso de transición absolutamente legal», sostuvo.

Afirmó que «no se ha roto el orden constitucional, hemos hecho lo que manda la ley», y agregó que el Ejército hondureño fue «benévolo» con Zelaya al permitirle salir del país, «cuando tenía que haber entrado a la cárcel por los delitos cometidos en diferentes circunstancias».

Indicó que seguirá en el poder porque fue la decisión expresada por el pueblo a través del Congreso. De hecho, aseguró que «tenemos un 80% que aplaude la decisión del Congreso» y afirmó que «aquí hubo un momento que parecía que no había presidente sino un rey o un dicta- dor, quien ordenaba qué se debía hacer, sin respetar a nadie».

Además, Micheletti, que pretende seguir en el cargo hasta enero de 2010 cuando jure el nuevo presidente que salga de las elecciones de noviembre, pidió a los hondureños que no se preocupen por lo que consideró «amenazas» de los gobernantes de Venezuela, Hugo Chávez; Ecuador, Rafael Correa, y Nicaragua, Daniel Ortega, que les instaron a «rebelarse» contra el Gobierno «de facto» y abogaron por sancionar a los responsables del Golpe de Estado. «No vamos a permitir más gorilas en este continente», dijo Chávez.

Desde Nicaragua, Manuel Zelaya subrayó que quien ha usurpado su cargo «se ha suicidado políticamente». «No puede haber dos presidentes porque el pueblo sólo ha elegido a uno. A los presidentes los elige el pueblo, no unos diputados», recalcó.

Calificó de «falsa» la supuesta carta de renuncia con fecha de 25 de junio que leyó el Parlamento minutos antes de nombrar a Micheletti. «Yo nunca he renunciado ni voy a usar ese mecanismo», afirmó.

A su juicio, «esto es un crimen más», que está siendo cometido por los promotores de su «secuestro» y posterior derrocamiento para generar confusióon entre la población y la comunidad internacional.

Mientras, en Honduras, la tensión crecía, pese a que el Gobierno «de facto» pidió a los ciudadanos que continuaran con su contidianidad, aunque les instó a respetar el toque de queda declarado por Micheletti. Tegucigalpa amaneció con tanques y carros de combate en sus calles y aviones caza en su cielo. Telesur, que pudo romper el cerco informativo, informó de que los seguidores de Zelaya seguían en las calles protestando.

ANTE LA ONU

Manuel Zelaya intervendrá hoy ante la Asamblea General de la ONU, tars recibir la invitación de su presidente. Mientras, el Gobierno de Micheletti ha pedido a Naciones Unidas que retrase cualquier reunión sobre Honduras para que «no nos vayan a sentar en el banquillo y juzgarnos a espaldas».

concentración

En Euskal Herria, Komite Internazionalistak realizó ayer una concentración de protesta contra el golpe de Estado frente a las oficinas de la UE en Bilbo. La Plataforma 2015 y más y la Federación Sindical Mundial condenaron la asonada.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo