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Micheletti amenaza con detener a Zelaya si vuelve mañana a Honduras

El Gobierno instaurado tras el golpe de Estado en Honduras amenazó ayer con detener al presidente legítimo, Manuel Zelaya, si mañana regresa a su país acompañado de una delegación internacional. Mientras, se estrecha el cerco alrededor del Ejecutivo encabezado Roberto Micheletti y se suceden las condenas internacionales, acompañadas de medidas diplomáticas, políticas y comerciales más concretas.

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GARA | NUEVA YORK

El presidente legítimo de Honduras, Manuel Zelaya, depuesto por un golpe de Estado, anunció que mañana volverá a su país, y lo hará acompañado por una delegación internacional que estará encabezada por los secretarios generales de la OEA, José Miguel Insulza, y de la Asamblea General de la ONU, Miguel D'Escoto, y los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa, y Argentina, Cristina Fernández. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dijo que no lo acompañará por «prudencia», porque «se dice que soy el culpable de todo», pero advirtió de que si Zelaya o algún miembro de esa delegación es agredido, la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) no se quedará de «brazos cruzados».

El anuncio de Zelaya tuvo una respuesta inmediata del Gobierno instaurado tras su secuestro y expulsión del país, que encabeza Roberto Micheletti y que amenazó con detenerle en cuanto pise el país. Su nuevo ministro de Exteriores, Enrique Ortez, aclaró que para entrar en Honduras «necesita permiso de entrada» y que, en caso de lograrlo, entraría como «ciudadano común» y no como jefe de Estado.

Las autoridades judiciales hondureñas pidieron la captura y puesta a disposición de los tribunales de Zelaya si regresa mañana. El fiscal general, Luis Alberto Rubí, señaló que cursarán a través de Interpol una orden de arresto internacional y afirmó que podría ser condenado hasta a veinte años de cárcel por los 18 delitos de los que es acusado, entre ellos «traición a la patria» y «abuso de autoridad».

Micheletti, que dijo haber nombrado canciller a Ortez para que se traslade a los países de la región para «ver la posibilidad de dialogar» y explicar las razones de la expulsión de Zelaya, aseguró que haber despuesto al presidente constitucional ha salvado a su país del «chavismo».

Se estrecha el cerco

Mientras el Gobierno «de facto» trata de romper el aislamiento, el cerco internacional se estrecha. El Banco Mundial se sumó ayer a la presión al anunciar la suspensión de la entrega de 270 millones de dólares pendientes de desembolsar hasta que no se aclare la situación.

Además, la Asamblea General de la ONU aprobó por aclamación una resolución que pide la «inmediata e incondicional» restitución de Zelaya como presidente «legítimo y constitucional», insta a sus miembros a no reconocer a otro Gobierno que no sea el constitucional y condena el golpe de Estado.

Ante la Asamblea General, Zelaya aseguró que «la élite» de su país lo derrocó con un golpe militar por querer introducir cambios en la legislación que reduzcan las desigualdades sociales. «He sido acusado de ser un populista, de ser un comunista que quiere arruinar el país, pero en Honduras hay muchas injusticias que provienen de la desigualdad», señaló.

También ayer se esperaba una dura resolución de la OEA e incluso la adopción de medidas contra el Ejecutivo de Micheletti.

Los países del ALBA acordaron la víspera retirar a sus embajadores y México, Chile y El Salvador llamaron a consultas a los suyos, un paso que EEUU ha declinado dar. El Gobierno español pidió a los estados de la UE que hicieran lo propio con los suyos, y Guatemala, El Salvador y Nicaragua -miembros del SICA junto a Honduras- fueron más allá y resolvieron cerrar sus fronteras al comercio con Honduras.

El presidente de Costa Rica, Óscar Arias, dijo esperar más sanciones económicas y políticas contra el Ejecutivo de Micheletti, así como una actitud firme de EEUU para lograr el retorno de Zelaya. Mucho más tibio se mostró Álvaro Uribe, mandatario de Colombia, quien se limitó a abogar por «mantener firme» el principio de no intervención, así como Perú, que prefiere esperar a que actúe la OEA antes de adoptar cualquier posición unilateral.

La Comisión Legislativa de Ecuador convocó a los presidentes de los poderes legislativos de los países de América Latina a una reunión extraordinaria.

En el país centroamericano, mientras, el lunes se produjeron los primeros enfrentamientos al reprimir Ejército y Policía a los manifestantes que apoyan a Zelaya, y a los que se va sumando más hondureños pese a la represión que dejó un saldo de al menos 135 heridos y más de 345 detenidos, según Telesur.

Movilizaciones

Para hoy está prevista una movilización nacional como acto previo al recibimiento a Zelaya en el país, donde organizaciones sociales y sindicales mantienen la huelga general.

La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) llamó a la movilización para derrotar el golpe militar y exigió respeto a la consulta sobre una asamblea constituyente. El Movimiento Cumbre de los Pueblos denunció el golpe, la represión y la censura y reivindicó el derecho de los pueblos a derrotar el neoliberalismo y emprender soberanamente su propio camino.

La ONG Veterinarios sin Fronteras reclamó el restablecimiento del orden constitucional e Iniciativa Internacionalista-Solida- ridad entre los Pueblos se sumó a estas exigencias y reiteró su apoyo al proceso soberanista, antiimperialista y a favor de la justicia social en Honduras, además de denunciar la actitud «cómplice» de algunos medios españoles, como el Grupo PRISA.

«Yo vuelvo a la vida civil. a la vida ciudadana, no a la política»

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, descartó que aspire a la reelección al concluir su mandato el 27 de enero, pero afirmó que seguirá adelante con su intento de cambiar la Constitución.

«Yo vuelvo a la vida civil, a la vida ciudadana, no a la política», declaró tras intervenir ante la Asamblea General de la ONU.

Resaltó que la legislación hondureña prohíbe la reelección presidencial y que cualquier reforma constitucional afectaría a quienes le sucedan, y subrayó que retomará la vida de empresario agrícola que abandonó en noviembre de 2005.

«En Honduras no hay reelección. No hay ninguna posibilidad, bajo ningún concepto», insistió.

Zelaya fue secuestrado y expulsado del país el domingo, día en que estaba prevista una consulta popular con vistas a una reforma constitucional que, según sus detractores, le abriría el camino a la reelección. GARA

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