Los votantes de Indonesia otorgaron al presidente, Susilo Bambang Yudhoyono, un segundo mandato de cinco años en las elecciones celebradas ayer, poniendo de manifiesto su confianza en un firme pero simple control de la economía y en sus promesas de ampliar las reformas. Los resultados oficiales definitivos no se conocerán hasta fin de mes, pero un «recuento rápido» de los votos -que ha resultado extremadamente fiable en el pasado- demostró que había obtenido el apoyo suficiente para evitar una segunda vuelta con su rival más cercano.

Yudhoyono, en el poder desde 2005, obtuvo entre el 58% y el 61% de los votos, según todas los sondeos realizados en base a las papeletas escrutadas. Este ex oficial de la dictadura convertido en «respetable jefe de Estado por haber impulsado una democracia surgida del sufrimiento» ganó a sus dos adversarios, la ex presidenta Megawati Sukarnoputri (26%-28%) y el conservador Yusuf Kalla (12%-15%). La ex mandataria, hija de Sukarno, fundador del país, denunció irregularidades, pero sin anunciar si tenía previsto impugnar formalmente los resultados.

Su reelección supondrá la continuidad de la firmeza contra el «terrorismo islamista» y la corrupción, las reformas administrativas y las dirigidas a estimular el crecimiento económico del país, el cuarto más poblado del mundo, la mayor economía del sudeste asiático y el mayor estado musulmán, donde se está resistiendo bien el azote de la crisis, pero se mantienen el alto nivel de desempleo y la pobreza, mientras aumentan las desigualdades sociales.

Aunque parece tener perfil para el cargo de presidente a los ojos de sus conciudadanos, Yudhoyono, de 59 años, cultiva poco su carisma. Nacido en Java, estudió en EEUU y Europa, lo que le dio la reputación de un «militar intelectual». Fiel a su origen javanés evita siempre la confrontación directa, lo que sus partidarios califican de corrección política y sus detractores, de falta de determinación y aplomo.

Este ex general afable y calculador es un militar de carrera con una corta pero exitosa trayectoria política. Participó en la invasión de Timor Oriental, donde desempeñó diversos cargos de las fuerzas de ocupación. En 2004 pasó a la reserva y fue ministro de Seguridad y Asuntos Políticos con Megawati Sukarnoputri. Dimitió en 2004, fundó el Partido Demócrata y se presentó a las presidenciales, que ganó en segunda vuelta.