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Cumbre de los países industrializados en Italia

El G8 se muestra incapaz de fijar compromisos mínimos

Después de que el martes las principales economías mundiales renunciaran a reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero, el G8 emitió una declaración en la que apoya la reducción de los gases contaminantes en un 50% e incluso 80% de aquí a 2050. Esta postura no es compartida por potencias emergentes como India y China. Las discusiones se complicaron por la ausencia del presidente chino, Hu Jintao, debido a los enfrentamientos en Xinjiang.

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GARA | L´AQUILA

La cumbre de los ocho países más industrializados -EEUU, Japón, Alemania, Estado francés, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Rusia-, arrancó ayer tropezando con la cuestión climática. Reunidos en L´Aquila, en el centro de Italia, los líderes del G8 deberán lidiar con la postura del Foro de las Mayores Economías (FME), que el martes se mostró contrario a reducir a la mitad la emisión de gases contaminantes.

«Hay un fuerte compromiso para reducir hasta 2050 de forma sustancial las emisiones mundiales, pero no será en un 50%», avanzó a AFP un responsable del FME, que agrupa a 16 países; al G8, al G5 de potencias emergentes -China, India, Brasil, México y Sudáfrica-, y a Australia, Indonesia y Corea del Sur, responsables todos ellos del 80% de estos gases.

El compromiso de los jefes de Estado y de Gobierno del FME se ciñe a limitar el calentamiento a dos grados centígrados respecto a los niveles previos de la revolución industrial, sin precisar los medios que utilizarán para alcanzar esa meta. Las decisiones del FME generaron gran expectación, sobre todo porque faltan menos de seis meses para la conferencia de la ONU sobre el cambio climático en Copenhague, convocada para firmar un ambicioso acuerdo multilateral que sustituya al Protocolo de Kioto, que llega a su fin.

Un responsable de la Unión Europea lamentó esta postura. «Abogamos por lograr objetivos más ambiciosos a medio plazo y por reducir a la mitad las emisiones. Este retroceso constituye una mala señal para la próxima cumbre de Copenhague», remarcó Yvo de Boer, secretario general de la Convención Marco para el Cambio Climático, que controla las negociaciones.

En una carta abierta, 23 científicos de las principales economías instaron al G8 a tomar decisiones que permitan rebajar las emisiones a partir de 2020 y conseguir que en 2050 se hayan reducido en al menos un 50% respecto a los niveles de 1990.

«Llamamos a los dirigentes de nuestros países a reconocer los riesgos inaceptables provocados por el cambio climático y las oportunidades sin precedentes que una transición a energías limpias y con poca emisión de carbono brinda a nuestras economías», remarcaron.

Este controvertido tema centró casi en su totalidad la jornada de ayer, la primera de tres. A última hora de la tarde, el G8, que hoy se reunirá con las potencias emergentes para discutir esta cuestión, divulgó su propia declaración. «Solamente una acción mundial puede enfrentarse a este desafío mundial. Por ello reiteramos nuestra voluntad de compartir con todos los países el objetivo de una reducción de al menos el 50% de las emisiones mundiales de aquí a 2050. También apoyamos el objetivo de una reducción acumulada de los gases en los países desarrollados en un 80% o más de aquí a 2050», concluye el texto al que tuvo acceso AFP.

China e India no comparten esta postura y culpan a «los grandes» de no cumplir sus compromisos de ayudas financieras y tecnológicas para dar el paso a las energías limpias.

La cuestión climática pasó a un segundo lugar durante la cena de trabajo, marcada por los programas nucleares de Irán y Corea del Norte. Horas antes, el presidente estadounidense, Barack Obama, se refirió a la «importancia» de hablar con ambos países para «instarles a seguir el ejemplo del acuerdo entre Estados Unidos y Rusia de cara reducir los arsenales nucleares».

La voz de los pobres en Mali

Un millar de altermundialistas procedentes del continente africano llegaron a Bandiagara, al norte de Mali, para participar en la cumbre de los pobres, nacida en 2002 en contraposición de la del G8. «No habrá ningún tema tabú. Hablaremos en profundidad con los campesinos venidos de varios países africanos, los intelectuales, con todos. Queremos hacer que los países ricos tengan mala conciencia», declaró Barry Aminata, presidenta de la de la sección maliense de la Coalición Africana de Deuda y Desarrollo. Este encuentro pretende ser un espacio para la libertad de expresión y la denuncia. Sus organizadores subrayaron que ningún mandatario del G8 quiso recibirles para elaborar programas y estrategias de desarrollo en África. En el programa de esta cumbre paralela figura una conferencia popular campesina para abordar las políticas agrícolas en África y el papel que deberá jugar el continente.

Por otra parte, en Italia grupos de ambientalistas irrumpieron en plantas termoeléctricas y efectuaron protestas en el centro de Roma. Decenas de activistas de 18 países escalaron chimeneas y ocuparon cuatro plantas energéticas impulsadas a carbón.

En Euskal Herria, La Plataforma G-8 AKATU, formada por distintos colectivos sociales, ha convocado para mañana un manifestación frente al Consulado de Italia para denunciar la propia existencia del G8 porque «no nos valen ni sus preguntas ni sus respuestas». GARA

save the children

Más de 75.000 niños morirán durante los tres días que durará la cumbre del G8, denunció Save the Children. «El G8 y otros países ricos sólo donan 3.500 millones de dólares al año para parar la mortalidad infantil. Esta cifra es la mitad de lo que se necesita para reducirla», resaltó.

críticas

Frente a los intentos de Silvio Berlusconi por demostrar la eficacia de su Gobierno en la reconstrucción de la zona afectada por el terremoto, el alcalde de L´Aquila, del Partido Demócrata, denunció la falta de progreso y el incumplimiento de las «generosas promesas» de Berlusconi, que garantizó ayuda económica inmediata.

malos presagios

El director de la Organización Mundial de Comercio, Pascal Lamy, afirmó que «lo peor de la crisis en materia social está por venir». Pese a estos malos presagios, los dirigentes del G8 dijeron ver «señales de estabilización y una recuperación de los mercados bursátiles».

Tres meses después, los sin techo no esperan nada

El 6 de abril, un terremoto de 5,8 grados mató a 300 personas y dejó sin hogar a 50.000, de las cuales 24.000 siguen viviendo en tiendas de campaña. En uno de sus habituales golpes mediáticos, el primer ministro, Silvio Berlusconi, decidió trasladar a L´Aquila la cumbre del G8, prevista en la tranquila y paradisíaca isla de La Maddalena, en Cerdeña.

Abrumados por la pérdida de sus casas y el calor del verano, los miles de damnificados no esperan gran cosa de esta cumbre. «Han reconstruido la carretera por donde deben pasar los líderes mundiales. A nosotros, en cambio, nos dicen que quizás en setiembre o en octubre podremos volver a casa. Pero, antes hay que evaluar los daños para saber si sigue siendo habitable o no», subraya Martina, de 36 años. «La tierra llevaba temblando desde setiembre de 2008, pero protección civil nos decía que no había motivos de preocupación. Y, luego llegó el 6 de abril», denuncia.

Desde hace tres meses, su vivienda se reduce a una tienda de campaña. «Durante el día hace 40 grados. No puedo tener a los niños dentro, porque sería como obligarles a estar en un horno. Se escapan, perdiéndose en el campo», explica.

«El tiempo no pasa. No hay ninguna otra parte a donde ir. Sólo tenemos el supermercado. Aunque jubilado, tenía una vida muy activa. Me ocupaba de una asociación de bomberos jubilados. Nuestro futuro es un gran interrogante», resalta Vittorio Persichetti.

Este bombero jubilado no cree que el G8 les vaya a aportar algo. Tampoco perdona a Berlusconi sus bromas, que, al poco de la tragedia, llegó a decirles que se imaginaran que estaban pasando un fin de semana en un camping.

Desde aquel fatídico 6 de abril, en la región de los Abruzzos ha habido numerosos movimientos telúricos. Sin ir más lejos, el viernes, se produjo uno de 4,1 grados con epicentro a menos de un kilómetro del cuartel donde se celebra la cumbre. Protección civil indicó que «en caso de temblor de más de 4 grados, se procederá a evacuar a todos los participantes». Pero, la evacuación no sería sencilla, ya que a los 40 jefes de Estado y de Gobierno presentes, se les suman varios miles de integrantes de las comitivas oficiales y de organismos internacionales, y unos 3.000 periodistas.

Al mandatario italiano le han llovido las críticas por la elección del lugar, que, debido al seísmo, carece de la necesaria red de telecomunicaciones e infraestructura. Sin inmutarse y con su característica sonrisa, Berlusconi organizó para sus invitados vip visitas guiadas por L´Aquila para que viesen la capacidad de respuesta del Gobierno. GARA

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