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Desfile militar en Donostia bajo gritos de «asesinos y torturadores»

Los militares españoles y altos cargos de las FSE que ayer desfilaron con sus trajes de gala y escoltados por la Ertzaintza tuvieron que pasearse ante la protesta convocada por el movimiento pro-amnistía en el puerto donostiarra. Gritos como «asesinos» y «torturadores» les hicieron saber que «no son bienvenidos» en este país. Tampoco pudieron obviar la imagen del desaparecido militante de ETA Jon Anza ni las insistentes preguntas sobre su paradero.

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Oihana LLORENTE |

La procesión militar y policial que se lleva a cabo anualmente en Donostia por motivo del Día del Carmen tuvo de frente a decenas de ciudadanos que les hicieron saber, mediante silbidos y gritos de «asesinos» y «torturadores», que «no son bienvenidos» en Euskal Herria. El centenar de personas concentradas, bajo el lema «Non da Jon? Alde hemendik militarrak eta okupazio indarrak», los interpelaron insistentemente por el paradero del militante donostiarra desaparecido, Jon Anza, además de extender la invitación de abandonar este país a las FSE.

Militares del Ejército español de Aire, Tierra y Mar, así como altos cargos de la Guardia Civil y la Policía española, se pudieron ver ayer en Alde Zaharra. Pese a que el desfile anual es un paseo de escasos cincuenta metros, la vestimenta de gala que portan y la altivez con la que transitan hacen entrever la importancia simbólica del acto militar.

Ostentosos galones y medallas, guerreras caquis, gorras de marinero o tricornios de la Guardia Civil se pudieron divisar ayer en la capital guipuzcoana. Los que desfilaban de paisano tampoco iban más discretos; los hombres, con el pelo totalmente engominado, y las mujeres, con llamativos peinados y vestidos de gala. De esta manera, se pudo apreciar dentro de la comitiva a algunos cargos políticos, en su mayoría del PP, con su presidente en la CAV, Antonio Basagoiti, a la cabeza.

El sacerdote castrense que antes del paseíllo les habría ofrecido la misa cerraba el desfile, con sotana inclusive. El cura y muchos de los militares sonreían y hacían comentarios cuando se percataban la protesta. Hubo incluso quien fotografió a los concentrados.

El desfile militar, que tuvo lugar pasada la una de la tarde, contó con un gran despliegue policial. Decenas de ertzainas se encontraban apostados por todo el recorrido, además de los agentes de la Policía municipal que se acercaron a la zona; aunque en mayor número contaban los policías de paisano que había en los alrededores.

Gran despliegue policial

La protesta arrancó una hora antes de la procesión, cuando los ciudadanos enarbolaban la fotografía del militante de ETA desaparecido, Jon Anza, e integrantes del movimiento pro-amnistía desplegaban la pancarta en la que se podía apreciar su rostro, a la altura del edificio Goikoa. En el lugar exacto donde la Ertzaintza les cortó el paso.

Los concentrados fueron estrechamente vigilados por un amplio dispositivo policial, -sólo en las cercanías del Consistorio se podían ver tres furgonetas de la Ertzaintza y más de una docena de agentes de la Brigada Móvil frente a frente-.

En los más de sesenta minutos que duró la concentración no cesaron de corear gritos como «¡Fuera las fuerzas de ocupación!», «¡Hablan de paz, torturan y asesinan!», «Estado español, Estado terrorista» o lemas en favor de la ikurriña y la repatriación de los presos políticos vascos. Pero fue la pregunta de «dónde está Jon» la que se hacía eco insistentemente junto al lema «Herriak ez du barkatuko».

Esta concentración, que suele ser habitual ante el desfile militar, pretende denunciar la «ocupación militar» que padece el país, donde hay, según el movimiento antirrepresivo, «policías y militares de todos los colores». Denunciaron, además, que son el Ejército español y las «fuerzas armadas» las que «implantan, mediante las armas, la imposición a este pueblo», y aseguraron que esta «militarización» hace que Euskal Herria no pueda decidir libre y democráticamente su futuro.

Después de que los militares cerraran su desfile entrando en el Club Naútico, los congregados entonaron el eusko gudariak frente a los ertzainas y dieron término a la protesta.

basuras precintadas

Los turistas y grupos de colonias que transitaban por la zona quedaron sorprendidos con la cantidad de policías que había y con las medidas adoptadas, como que las basureras de la zona estaban precintadas.

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