Rafsanyani dice que el régimen iraní ha perdido la confianza del pueblo
La oposición iraní aprovechó ayer la oración oficial del viernes en Teherán para expresar una vez más su rechazo a los resultados de las elecciones del pasado 12 de junio, en las que fue reelegido el presidente, Mamud Ahmadineyad. El ex mandatario Ali Hashemi Rafsanyani, principal valedor del líder opositor Mir Hosein Musavi, lamentó durante su prédica la pérdida de confianza del pueblo en las autoridades iraníes a raíz del resultado electoral.
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El régimen iraní ha perdido la confianza del pueblo después de las elecciones presidenciales del 12 de junio, según el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanyani, durante su esperada prédica con motivo del sermón oficial del viernes, al que siguió una nueva manifestación en la que participaron miles de partidarios del líder opositor Mir Hosein Musavi. La Policía empleó gases lacrimógenos para disolver la marcha, la primera desde el 9 de julio, y practicó varias detenciones.
A la oración asistieron dos de los tres candidatos derrotados por el reelegido presidente, Mahmud Ahmadineyad, el ex primer ministro Musavi -en su primera aparición pública tras la confirmación de los resultados el 29 de junio- y Mahdi Karrubi -que denunció haber sido atacado e insultado por «dos hombres de civil» (término con el que se designa generalmente a los bassidjis) cuando volvía de la prédica-. Ambos consideran «fraudulento» el escrutinio.
Provistos de lazos y banderas verdes, el color del Islam y símbolo de la candidatura de Musavi, sus seguidores corearon continuamente «Alah uh-Akbar» (Dios es grande), la misma proclama que todas las noches corean desde los tejados de la capital como forma de protesta por el resultado de las elecciones.
«Recuperar la confianza»
La oposición había convocado días atrás a los iraníes a aprovechar el sermón del viernes para expresar su protesta después de que se supiera que el imam a caro de la prédica sería el ayatolah Ali Akbar Hashemi Rafsanyani, principal valedor de Musavi y uno de los grandes rivales políticos de Ahmadineyad, a quien disputó la Presidencia en 2005 para salir derrotado.
Criticó la desconfianza generada en la sociedad tras al 12 de junio. «Esa desconfianza ha perdurado hasta hoy y está desgastando al pueblo», dijo Rafsanyani, quien pidió al Gobierno, a la Policía y a la oposición que actúen dentro de la legalidad para devolver la confianza a los ciudadanos. «Nuestra principal misión es recuperar esa confianza que el pueblo concedía (al régimen) y que, en cierta medida, se ha perdido», declaró.
Insistió en que «un gran número de gente sensata del país ha dicho que tiene dudas» respecto a los resultados de las presidenciales. «Deberíamos trabajar para responder a esas dudas», indicó.
Las palabras de Rafsanyani, jefe de la influyente Asamblea de Expertos y del Consejo para el Discernimiento, fueron interrumpidas en repetidas ocasiones por los miles de asistentes al sermón. Era la primera vez desde hace más de dos meses que éste dirigía el rezo semanal desde la Universidad de Teherán.
El clérigo volvió a insistir sobre la necesidad de liberar a los detenidos tras las protestas por el resultado electoral y pidió un clima de moderación y transparencia satisfactorio para todos.
Mahmud Ahmadineyad ha nombrado nuevo responsable en materia nuclear a Ali Akbar Salehi, ex representante de Teherán ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Salehi sustituirá al frente del Organismo de la Energía Atómica de Irán (OEAI) a Gholamreza Aghazadeh, que ocupaba ese puesto desde 1997 y dimitió.
El gran ayatolah Nasser Makarem Shirazi, uno de los clérigos más importantes e influyentes del chiísmo iraní, instó ayer a los participantes en la oración oficial del viernes a mantener la unidad y a estar atentos ante «las conspiraciones enemigas que intentan provocar una brecha», en un mensaje dirigido a la oposición, que había sido convocada a la prédica que ayer estuvo a cargo de del ayatolah Ali Akbar Hashemi Rafsanyani, principal valedor de Mir Hossein Musavi.
Desde hace varios días las autoridades iraníes vienen subrayando la necesidad de usar la tribuna del sermón para fomentar la unidad nacional y para evitar fisuras en el tejido social.
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