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atentados en yakarta

Indonesia vuelve a padecer atentados atribuidos a islamistas

Tras un periodo de relativa calma, la capital indonesia, Yakarta, volvió a ser ayer el escenario de dos atentados atribuidos a insurgentes islamistas que se saldaron con nueve personas muertas en dos hoteles de lujo.

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Un doble atentado con bomba mató ayer a al menos nueve personas en dos hoteles de lujo de Yakarta, la capital indonesia, marcando un retorno de este fenómeno al mayor país musulmán del mundo después de varios años de calma.

Estas explosiones, casi simultáneas, golpearon poco antes de las 8.00, hora local [3.00, en Euskal Herria], los hoteles Ritz Carlton y JW Marriott, situados en el barrio financiero de la capital indonesia y ocupados habitualmente por extranjeros.

En los atentados se emplearon «bombas de gran potencia», según señaló el ministro indonesio de Seguridad, Widodo Adi Sucipto.

«Es un acto de terrorismo», afirmó el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, que acudió al lugar de los hechos para denunciar «este ataque cruel e inhumano».

Siete de los nueve muertos fallecieron en una café en el sótano del hotel JW Marriott y los demás en la sala del restaurante del Ritz Carlton. Un hombre de negocios neozelandés figura entre los muertos.

Alrededor de cuarenta personas, de los que catorce son extranjeros, resultaron, además, heridas de consideración, según los datos que difundió la Policía indonesia.

Estos atentados «han roto el ambiente de seguridad que reinaba en el país desde hace varios años», declaró Sucipto, resumiendo el sentimiento gene- ral en el seno de la clase política indonesia.

Indonesia había conseguido, en los últimos años, dejar de aparecer como uno de los países con mayor riesgo de padecer atentados después de llevar a cabo varias operaciones contra los movimientos islamistas clandestinos, responsables de una oleada de ataques a comienzos de esta década.

El más mortal de ellos provocó la muerte de 202 personas, mayoritariamente turistas, en la ciudad turística de Kuta, en la isla de Bali, el 12 de octubre de 2002.

Yakarta no sufría un atentado desde 2004, cuando diez personas fallecieron por la explosión de un coche bomba aparcado frente a la embajada de Australia.

Un año antes, el hotel JW Marriott ya había sufrido otro atentado que se saldó con la muerte de doce personas.

Esta serie de atentados fue atribuido a Jemaah Islamiyah (Comunidad Islámica), una red islamista que tiene como objetivo la creación de un Estado islámico (Daulah Islamiyah) en el sudeste asiático, que abarcaría Indonesia, Malasia, el sur de Filipinas, Singapur y Brunei. Se le atribuyen estrechas relaciones con Al-Qaeda.

Cientos de militantes o simpatizantes de Jemaah Islamiyah fueron detenidos, pero sus principales dirigentes permanecen en libertad. Es el caso del malayo Noordin Mohammad Top, presunto cerebro del anterior atentado contra el JW Marriott de Yakarta y del de Bali.

Las dos explosiones de ayer sorprendieron a los clientes de los dos hoteles mientras desayunaban.

«De golpe, el falso techo cayó y se escuchó un ruido enorme», explicó Cho In-sang, un surcoreano de 50 años que se encontraba en el Ritz Carlton y que fue trasladado al hospital con heridas en los brazos y en las piernas.

«Escuché dos ruidos de explosión, `boom, boom', que venían del JW Marriott y del Ritz Carlton. Inmediatamente vi cómo huía la gente», añadió un guardia de seguridad, Eko Susanto.

Estas explosiones se han registrado una semana después de que se celebraran, en calma, las elecciones presidenciales en Indonesia, en las que, según los resultados todavía provisionales, Yudhoyono logró la reelección.

A Yudhoyono se le atribuye «el retorno de la estabilidad a Indonesia», un país en el que la insurgencia islamista no tiene un apoyo significativa entre sus 235 millones de habitantes, la mayoría de los cuales profesa un Islam moderado.

Los atentados provocaron la anulación de la visita prevista del club de fútbol inglés Manchester United, que debía alojarse en el hotel Ritz Carlton de Yakarta antes de un encuentro de pretemporada contra una selección de jugadores indonesios el próximo lunes.

La dirección del grupo hotelero Marriott, propietario de los dos hoteles atacados ayer en Yakarta, anunció que tiene la intención de proceder a su reapertura lo antes posible.

«Colaboramos al máximo con las autoridades (indonesias) y esperamos volver a abrir nuestros hoteles lo antes posible», señaló el grupo Marriott en un comunicado difundido desde su sede en las inmediaciones de Washington.

El grupo Marriott, que posee más de 3.200 establecimientos, explicó que los huéspedes de los dos hoteles fueron trasladados a establecimientos cercanos.

Condena de la ONU

Tras los atentados, se sucedieron las condenas de los principales gobiernos del mundo, así como del Consejo de Seguridad de la ONU, que mostró su convicción de que «los responsables serán llevados ante la Justicia».

Previamente, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, elogió «los esfuerzos inquebrantables que el Gobierno indonesio ha hecho para llevar ante la Justicia a los autores de actos terroristas anteriores».

El embajador indonesio en la ONU, Marty Natalegawa, se negó a especular sobre quién está detrás de los atentados y quiso desvincularlos del reciente proceso electoral que ha vivido el país asiático. «Los autores podrán correr, pero no podrán esconderse», añadió Natalegawa.

 

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