«No hay que paralizar las líneas de investigación, si no estaremos abocados al fracaso»
Arqueólogo de Aranzadi
Tras su publicación en 1999, Xabier Peñalver ha reeditado «Sobre el origen de los vascos», un libro que sintetiza las diferentes etapas prehistóricas vividas por nuestros antepasados y donde ha añadido nuevo material sobre recientes excavaciones, entre las que destaca la controvertida cueva de Praileaitz, a la que le ha sido denegado un nuevo presupuesto para su investigación.
Ariane KAMIO | DONOSTIA
«Sobre el origen de los vascos» (Txertoa) vuelve a salir al mercado con una reedición que contiene textos y fotografías actualizadas por su autor, el arqueólogo Xabier Peñalver, quien recoge de manera sencilla las etapas prehistóricas de Euskal Herria. Sin embargo, para preservar este patrimonio, considera necesario abrir nuevas vías de investigación y no dejar que el panorama actual caiga en una situación de bloqueo.
¿En qué consiste esta reedición?
«Sobre el origen de los vascos» es una síntesis de la prehistoria vasca; desde hace varios cientos de miles de años, del origen del Paleolítico Inferior hasta el cambio de era, hasta el año cero o el final de la Edad de Hierro, reunidos a través de diferentes hallazgos arqueológicos que en décadas se han ido acumulando.
Es una reedición del anterior ejemplar que se publicó en 1999 en la misma editorial, y que ahora he actualizado y renovado el texto y las imágenes. Hay que tener en cuenta que en los últimos años ha habido importantes descubrimientos en la totalidad de Euskal Herria, como por ejemplo, Praileaitz, y todas se recogen en esta nueva edición.
¿Se puede destacar una etapa como más importante que otra?
No. Si hoy estamos donde estamos es gracias a todos los seres humanos, desde los primeros individuos que hace cientos de miles de años peleaban por controlar el fuego, hasta esas épocas del Paleolítico Superior, como es el caso de Praileaitz, donde tienen que convivir con renos y hielos en zonas bajas de Euskal Herria. Son todas transcendentales.
Sí que es verdad que luego hay momentos claves. En la época del Neolítico, cuando los seres humanos controlan, domestican la naturaleza, la agricultura, ahí se da un cambio trascendental que acelera todas las modificaciones de utensilios y demás. Ya en la Edad del Bronce y en la de Hierro, esa aceleración es mayor y vemos lo rápido que evoluciona todo. La evolución de la historia de la humanidad es una progresión que al principio parece lenta pero que luego se va acelerando a un nivel muy alto.
¿Y hay alguna que requiera mayor investigación?
Nosotros estamos defendiendo que todos los periodos son importantes, que lo que hay que hacer es crear equipos de investigación para cada uno de los periodos y que no hay que, como últimamente se está haciendo, primar unos periodos sobre otros. Primero, hay que constatar qué gente (que somos muy poquitos) estamos trabajando, y en qué épocas estamos trabajando, y no paralizar esas líneas de investigación si no, estaremos abocados al fracaso. Lo que hay que hacer es potenciar otras líneas de investigación con nuevos investigadores. Si contamos los arqueólogos que nos estamos dedicando de manera total a la prehistoria de Gipuzkoa, por ejemplo, nos saldrían los colores. Lo que hay que hacer es potenciar las líneas de investigación que ya están abiertas -nosotros concretamente estamos llevando entre dos y tres décadas la Edad de Hierro-, pero eso no quiere decir que otras líneas que tengan escaso conocimiento no haya que potenciarlas.
Creo que eso no es sólo cuestión de las instituciones, sino de establecer una comunicación entre los pocos arqueólogos en activo que hay en los diferentes territorios y las instituciones. Si no existe esa comunicación nosotros iremos por nuestro lado sobreviviendo o malviviendo, viendo cómo se está degradando el futuro de la investigación arqueológica, y las instituciones irán por otro.
La Diputación de Gipuzkoa ha rebajado el presupuesto destinado a fines arqueológicos, ¿cuál es la principal consecuencia que prevé de esta medida?
Yo llevo toda la vida trabajando en la arqueología y siempre se dice que nuestro ámbito suele ser el que más paga el pato. No voy a decir que vayamos a empezar a temblar, aunque la situación en este momento sea difícil, pero habrá que ver qué es lo que pasa. A pesar de todo, para mí lo importante no es saber qué es lo que pensamos los arqueólogos veteranos, sino cómo se puede dar continuidad a este asunto para que no se bloquee. Al ritmo que llevamos, creo que esto se va a bloquear. No hay nada más que ver la poca disponibilidad de gente con la que contamos, o contábamos cuando teníamos presupuesto, a la hora de hacer trabajos de campo. En estos momentos, en Euskal Herria es casi imposible conseguir gente para excavar. Toda la vida he estado intentando que los equipos estuvieran formados por gente de Euskal Herria para crear cantera. Desgraciadamente, el 90% de los componentes del equipo es gente de fuera. Esa posibilidad también está bien, pero es un reflejo de que algo está fallando.
¿Qué ocurrirá con Praileaitz?
La situación de Praileaitz es una situación de contrarreloj; nosotros no estamos actuando, pero la cantera sigue con su trabajo, y es una situación que produce ansiedad. Pero, en estos momentos, estoy en un compás de espera, que espero que sea breve, para ver qué decisiones se toman desde el Parlamento de Gasteiz ya que, por lo que he podido leer, se van a tomar medidas a favor de lo que defendimos en el Parlamento drante la legislatura anterior. Es decir, defender la totalidad de la ladera.