Esfandiar Rahim Mashaie renunció ayer a su cargo de vicepresidente tras las críticas de los sectores conservadores, que no le perdonan unas declaraciones que realizó en julio de 2008. En ellas afirmó que «Irán es amigo del pueblo estadounidense y del pueblo israelí. Ninguna nación es nuestra enemiga en el mundo y esto en un honor para nosotros». En aquel momento, las autoridades religiosas y parlamentarios conservadores reclamaron su dimisión como vicepresidente encargado de Turismo. Incluso el ayatolá Ali Jamenei, la máxima autoridad en Irán, se vio obligado a intervenir. Tras criticar a Mashaie, pidió el fin de la polémica.

El viernes, los sectores más conservadores y los clérigos volvieron a poner el grito en el cielo cuando Mahmud Ahmadinejad anunció su nombramiento.

En sus ediciones de ayer, los periódicos se hicieron eco de este malestar. El director de«Kayhan», Hosein Shariatmadari, subrayó que «es necesario anular el nombramiento de Mashaie por respeto hacia el pueblo fiel a los principios de la Revolución Islámica. Muchas personas próximas al presidente, como el pueblo que lo apoya, son hostiles a este nombramiento y se preocupan por ello».

En la oración del viernes, el religioso conservador Ahmad Jatami -próximo al Gobierno- también rechazó la elección del presidente. «Este nombramiento representa un desafío a los miembros de la Asamblea de Expertos y del Parlamento. Es una fuente de tensión para el Gobierno», declaró.

El periódico «Etemad Melli» informó además que el diputado conservador Mohammad Taghi Rahbar pidió la intervención de Jamenei para que Mashaie fuera depuesto.