CRÓNICA RIP CURL &HAWAIAN TROPIC GIRLS TOUR
Un bautizo surfero en las playas de Bakio y Zarautz
Las caravanas del Rip Curl & Hawaian Tropic Girls Tour han hecho escala en Bakio y Zarautz. Han recorrido también las playas del Palmar, A Coruña y Gijón. La idea surgió hace seis años con un objetivo: promover el surf femenino. Lanzaron una invitación, coger la tabla y vivir el surf. No todo es alta competición.
Iratxe DUEÑAS
En Bakio, Quitterie Devilder, de la organización del Girls Tour, nos atendió en la misma playa, donde estaban celebrando una sesión de fotos y nos explicó que el proyecto surge con la idea de crear un ambiente distinto, sólo para chicas, para animarlas a la práctica del surf y como forma de vida. Por ello, se plantearon que fuera gratuito.
No hay límite de edad, es para toda la que quiera inscribirse. Aquellas que se vean mayores, están equivocadas. No tienen motivo para no presentarse. En alguna ocasión han tenido un grupo de mujeres de 55 años de edad -sí, lo han leído bien-, y han disfrutado de sus primeros baños y sus primeras olas.
Devilder reconoce que la mayoría comienzan antes, las más jóvenes tienen entre 7 y 8 años, pero considera que no tiene mucha importancia la edad a la que se empieza. Descubrir las primeras sensaciones, como remar, ponerse de pie sobre una tabla y coger la primera ola a los 12-13 años no es tarde para poder estar un día en el primer nivel de competición profesional.
Cada año visitan distintos países europeos y suelen regresar a las mismas playas, como la de Bakio, porque celebran el Girls Tour con la colaboración de las escuelas de surf locales, con las que trabajan todo el año.
El Girls Tour ha tenido muy buena aceptación y no son sólo las chicas locales las que se inscriben. Las hay que se acercan exclusivamente esos dos días y están las que vuelven otro año, una buena señal.
Además de las clases de surf, se realizan otras actividades, para lo cual seleccionan un país y su relación con la cultura y la forma de vida del surf. Este año, el circuito ha estado dedicado a Hawaii. El típico baile hula o la pintura tradicional hawaiana han sido dos de las atracciones para las que se han animado a acercarse por las carpas.
Al arribar a Bakio, las chicas ya se encontraban en el agua y en esos primeros pasos se encontraron con los monitores de las escuelas de surf y con los consejos de las surfers profesionales. En una edición anterior incluso participó Stephanie Gilmore, la actual campeona del mundo, quien se prestó a estar con las chicas que empiezan. Este año, quienes se hayan acercado a las playas de Bakio y Zarautz han podido recibir los consejos de las free surfers Hanaley Reportey (Tahiti) y Ophelie Aahkouen (Isla Reunión).
Vívelo a tu manera
Desde la organización nos explicaron que las jornadas se hacen para animarlas a introducirse en la cultura del surf, para romper con la imagen de que es sólo alta competición. Ello no significa que cualquier chica no pueda llegar a la élite tras participar en un Girls Tour. Devilder nos puso el ejemplo de Casandra Castaños.
Hablando de surf, reconoce que Australia, Hawaii y Brasil están un paso por delante de Euskal Herria, aunque explica que en el caso de Brasil, además de por las posibilidades para practicarlo que ofrecen sus costas y playas, lo viven con el objetivo de ser profesionales, como una oportunidad de obtener otra forma de vida.
En Europa tenemos otra cultura del surf, depende del lugar, si se vive en el interior o cerca de la costa. Pero Devilder remarca otra diferencia: la forma de vivir el surf en femenino, con un mayor compañerismo frente a la mayor competitividad de ellos. Y en el agua, hay que ganarse su respeto.
Para el próximo año tienen previsto regresar, con un proyecto renovado, en el que incluirán nuevas actividades, pero dentro del mundo del surf. Otros deportes relacionados con esta cultura como el skate quedan fueran de sus actividades. Cada cual en su espacio.
Desde la organización, nos adelantaron que se están planteando tratar Indonesia en la próxima edición, uniendo su tradición y las nuevas tecnologías. Y nos lanzaron la invitación para volver. ¡Que sea en el agua!