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CRÓNICA El ciclismo vasco culmina un gran Tour

Juanma Garate inscribe su nombre en la historia del mítico Mont Ventoux

Juanma Garate logró ayer la victoria más importante de su carrera en un puerto mítico como el Mont Ventoux que confirmó la tercera plaza de Armstrong en el podio final. A Astarloza, ganador de la otra etapa vasca, le sobraron unos segundos para acabar entre los diez primeros.

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Joseba ITURRIA

Desde ayer el nombre de Juanma Garate aparece unido a la historia del Mont Ventoux, en la que sólo hay lugar para grandes corredores. El irundarra cumplió el sueño de su vida que tuvo la noche anterior al imponerse en una cima mítica de manera meritoria. Fue el más fuerte de una escapada formada de salida y apenas tenía un minuto sobre los favoritos cuando faltaban diez kilómetros. Pero los hombres fuertes se centraron en la lucha por el podio y el irundarra hizo valer su experiencia para ganar al joven Tony Martin, con el que realizó la subida final. Supo administrar sus fuerzas en una ascensión endurecida por el viento que pegaba de cara y tuvo energías para lanzar en el último kilómetro dos ataques. En el primero vio que el viento era fuerte y dejó que el alemán le atrapara, y lanzó el segundo a cien metros de la meta.

El irundarra completaba un Tour mágico para los tres guipuzcoanos que lo han corrido. Los tres han subido al podio como ganadores de etapa, aunque Zubeldia con todo el Astana. Y él ponía la guinda a su palmarés porque ya había ganado una etapa en la Vuelta (2001) y otra y la montaña en el Giro (2006), la prueba en la que había dado sus mejores resultados con cuatro plazas entre los diez primeros.

Pero el año pasado falló en su objetivo con Quick Step y quiso aparcar el papel de líder que en los últimos años debía asumir en el Giro y convertirse en gregario de Menchov en el Tour. El líder no ha respondido, como todo Rabobank, y Garate tuvo que salvar el Tour de su equipo con una victoria de prestigio.

Escapada hacia la gloria

La etapa estuvo marcada por una fuga de dieciséis corredores de salida en la que además de Juanma Garate y Tony Martin, entró otro vasco -Rubén Pérez-, junto a Roulston (Cervélo), Posthuma (Rabobank), Gutiérrez (Caisse), Dumoulin (Cofidis), Geslin (FDJ), Bouet (Agritubel), Delage (Silence), Lemoine y Timmer (Skil), Kuschynski (Liquigas), Riblon (Ag2r), Rigui (Lampre) y Bonnet (Bouygues).

Llegaron a contar con una máxima ventaja de diez minutos y medio, pero Astana, Saxo Bank y Garmin impusieron un fuerte ritmo en la parte llana antes del Ventoux y eso provocó que en el comienzo de la subida la diferencia bajara a los dos minutos.

Todo parecía indicar que la fuga no iba a llegar. De hecho, la desventaja se redujo hasta el minuto en el que Frank Schleck intentó atacar desde lejos, pero Armstrong respondió y el luxemburgués no pudo saltar a los ataques de su hermano Andy, que esperaba su llegada con el objetivo de tenerle como compañero de podio en París.

Eso motivó que toda la subida al Mont Ventoux resultara muy táctica, sin que los favoritos se atrevieran a atacar para exponerse al viento de cara y sin que los dos hombres más fuertes, Andy Schleck y Contador, buscaran el triunfo de etapa que probablemente habrían logrado de proponérselo. Pero el segundo volvió a correr para su hermano.

Así, a falta de cuatro kilómetros, Andy lanzó otro ataque al que respondió Frank. Pero Armstrong siempre estuvo pegado a su rueda. A partir de ese momento, cambió de táctica y en vez de atacar marcó un fuerte ritmo y asumió todo el desgaste del viento en los últimos kilómetros. Pero sólo Wiggins cedió y no lo suficiente para que Frank Schleck le arrebatara la cuarta plaza. Claro que el gran triunfador de esa pelea fue Lance Armstrong, cuya presencia en el podio final con 38 años, cuatro después de anunciar allí su retirada, es todo un éxito.

En la otra lucha que anunciaba la etapa por entrar entre los diez primeros, Mikel Astarloza no pudo cumplir con su objetivo y acabará undécimo porque no pudo remontar el segundo que le llevaba Le Mevel y además los dos fueron superados por un Kreuziger que tuvo en el Mont Ventoux las mejores piernas de todo el Tour. Tanto él como Nibali cumplieron su objetivo de acabar en el Top Ten.

Pero Astarloza acabará el Tour satisfecho con su triunfo de etapa en el tradicional paseo final a los Campos Elíseos, donde estará en juego la última victoria, con Cavendish como favorito buscando su sexto sprint.

«Esta victoria es un broche de oro a mi carrera»

Juanma Garate aseguró que con su victoria en el Mont Ventoux, cumplió un sueño que había tenido la noche anterior y que pone «un broche de oro» a su carrera. «Creo que me daré cuenta de lo que he hecho cuando llegue a casa el lunes. Esto es lo más grande que me podía pasar. Estoy feliz, no entro en la ropa y no puedo expresar lo que siento en mi interior», comentó el irundarra que dedicó el triunfo a su madre. Destacó la buena ronda de los tres guipuzcoanos. «Zubeldia ha hecho un Tour fantástico ayudando a su líder a ganar. Astarloza ha ganado una etapa y yo también. Tendremos que celebrarlo».

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