Mohamed VI festeja sus diez años de monarquía sin los avances prometidos
Mohamed VI celebró sus diez años como rey de Marruecos. En su discurso en Al-Hoceima, resaltó «la buena gobernanza pública, indispensable para la consolidación de un clima económico propicio». Sus grandes promesas, sin embargo, siguen en lista de espera.GARA |
Diez años después de su coronación, Mohamed VI sigue siendo un enigma para la mayoría de sus compatriotas. Considerado reservado, el soberano marroquí no concede casi nunca entrevistas, sus intervenciones públicas son escasas y un secreto absoluto envuelve todo lo que ocurre tras las paredes del Mechuar, el Palacio Real de Rabat.
Su imagen debe ser consagrada y los medios siguen sujetos a una férrea censura. Sin ir muy lejos, el lunes se prohibió la venta en Marruecos del número aparecido el 16 de julio del semanario francés «Courrier International» por contener un artículo y una caricatura de Mohamed VI considerados difamatorios por las autoridades.
La Asociación Marroquí de Derechos Humanos no cesa de cuestionar la aclamada independencia del poder judicial y denuncia que siguen la tortura y las detenciones arbitrarias.
La corrupción es otro de los males endémicos que afectan a la mayoría de las capas del país, donde la tasa de analfabetismo alcanza el 40%.
En el informe mundial sobre el desarrollo humano 2007-08 del Programa de Naciones para el Desarrollo, Marruecos ocupa el lugar 126.
El fundador del semanario marroquí «Le Journal Hebdomadaire» denunciaba recientemente en un artículo de opinión publicado en un periódico español «el inmenso poder» del monarca, cuya fortuna asciende a 1.757 millones de euros, según la revista «Forbes».
En él criticaba que las esperadas reformas para luchar contra la pobreza y la violación de derechos humanos han quedado reducidas a la nada.
En su discurso de ayer, no hizo anuncios espectaculares, limitándose a realizar un balance de estos diez años. Tras invitar al Gobierno a redoblar los esfuerzos en materia de educación y desarrollo social, incidió en la necesidad de «una reforma profunda de la justicia». Se comprometió a realizarla en un plazo no muy lejano.
Pidió también al Ejecutivo que elabore un proyecto de Carta Nacional sobre Medio Ambiente, «permitiendo la salvaguarda de los espacios, reservas y recursos naturales».
Y, con motivo de la Fiesta del Trono, indultó a 24.865 presos, entre ellos mujeres embarazadas o acompañadas de niños, enfermos, minusválidos, ancianos, menores, diplomados o extranjeros.
Mohamed VI ordenó la creación de una comisión que siente las bases de la llamada «regionalización», que empezaría por el Sahara. No es más que una prolongación de su plan de autonomía.