Tras cinco días de enfrentamientos violentos, que se han saldado con cerca de 300 muertos, entre ellos el líder del grupo talibán Boko Haram, el norte de Nigeria parece recuperar cierta normalidad, aunque el Ejército mantiene un fuerte despliegue. Algunos comercios abrieron sus puertas en Maiduguri, capital del Estado de Borno. En las calles afloraban poco a poco los ciudadanos refugiados en sus casas.

El líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, falleció en comisaría. La Policía exhibió su cuerpo tiroteado a modo de trofeo.