CRÓNICA Jon Anza, desaparecido
La «presencia» de Anza también se hace notar en Donostia e Iruñea
Los tres puentes principales del centro de Donostia fueron cortados al tráfico ayer al mediodía. Solidarios que preguntaban con camisetas y pancartas por el paradero de Jon Anza se deslizaron con una cuerda ante la mirada de turistas y curiosos. También en Iruñea se concentraron frente a la Delegación del Gobierno español para denunciar su desaparición.
M. ALTUNA-I. VIGOR
Cuando se han cumplido ya tres meses desde la desaparición del militante abertzale Jon Anza, las protestas exigiendo explicaciones sobre lo que ha ocurrido con él se siguen repitiendo. Ayer, en Donostia realizaron uno de los actos más espectaculares al paralizar, al mediodía, el tráfico en tres de los puentes que comunican las dos orillas del Urumea. Con la capital guipuzcoana repleta de turistas y transeúntes que disfrutaban de una jornada festiva, varios solidarios se colgaron de los puentes de María Cristina, Santa Catalina y Kursaal.
En este último, el tráfico fue cortado hacia las 13.30, cuando dos jóvenes ataviados con camisetas naranjas con el lema «Non dago Jon?» desplegaron una cuerda que atravesaba la vía de un lado a otro, impidiendo el paso de los vehículos.
Previamente, un joven encendió una bengala, pero una patrulla de la Ertzaintza se personó en el lugar de forma repentina y le persiguió corriendo por las calles adyacentes.
Los dos solidarios pertrechados con arneses se ataron a la misma cuerda y quedaron suspendidos sobre el puente de la ría, cada uno en un lado de la carretera. En unos pocos minutos se personaron varias patrullas de la Ertzaintza, que en un principio daban la impresión de no saber cómo reaccionar. Permanecieron así casi media hora, mientras retiraban alguna pancarta e identificaban a las personas que desde los alrededores del lugar proferían gritos denunciando la desaparición de Jon Anza y el «terrorismo de Estado». Entre ellos, se encontraba un amplio grupo de jóvenes con camisetas rojas que reclamaban la independencia de Euskal Herria. Asimismo, en los aledaños había colocadas dos pancartas en las que se interpelaba al PSOE y a la UMP sobre la suerte del militante de ETA.
Fueron numerosos los turistas y transeúntes que se pararon a preguntar por la insólita estampa. Algunos se cuestionaban en inglés si los que se concentraban reclamaban la independencia, mientras otros se limitaban a seguir lo que ocurría y curiosear. También hubo personas que insultaron a los que participaban en el acto, aunque fueron unos pocos.
Al final, los agentes de la Policía autonómica optaron por subir por la fuerza a los jóvenes; al levantar al primero, el otro cayó al agua. Las personas que se percataron de lo sucedido protestaron por los malos modos y la violencia de los ertzainas, que al subir al otro solidario le dieron varios golpes contra el puente. Entonces, una chica que reprochó a los agentes su actitud fue arrestada tras recibir un golpe por parte de un ertzaina. Los dos que se colgaron del puente también fueron arrestados.
Mientras, en otro de los puentes una furgoneta de la Ertzaintza rompió la cuerda al atravesar la carretera a gran velocidad.
En total, la Policía autonómica arrestó a diez personas, dos de ellas menores de edad. Les imputan delitos de «desórdenes públicos» y a alguno de ellos, además, delitos de «resistencia» y «atentado contra la autoridad». Todos quedaron en libertad durante la tarde.
Explicaciones de Rubalcaba
Por su parte, en Iruñea, unas 150 personas se concentraron frente a la Delegación del Gobierno español en Nafarroa con dos pancartas con un mismo texto: "Rubalcaba, non dago Jon?". Los concentrados permanecieron desde las 19.00 hasta las 19.30 en la rotonda donde confluyen la avenida de Carlos III y la avenida de la Baja Navarra, bajo la vigilancia de los policías y guardias civiles que protegen la delegación gubernativa.
Tras permanecer media hora en silencio, los participantes dieron por finalizada la movilización, en la que también se denunció el reciente secuestro y torturas denunciadas por el arbizuarra Alain Berastegi.