Osasuna sumó en Huesca su primer triunfo de pretemporada tras imponerse al conjunto local -el año pasado perdió 1-0 en El Alcoraz también en choque amistoso veraniego- gracias a un tanto de Portillo cuando apenas se había dado comienzo a la segunda mitad. Los de Camacho tiraron de pegada para imponerse en el envite, que no de buen juego y posesión de balón, ya que el peso del partido lo llevó prácticamente durante los noventa minutos el cuadro oscense.

Además de la victoria, el encuentro sirvió para probar a unos cuantos canteranos con muchas ganas de agradar y demostrar que tienen un hueco en la primera plantilla, amén de sacar más de una conclusión de cara a lo que será el inicio en serio de dentro de un mes.

Para empezar, el equipo echó mucho de menos a su eje medular más habitual -por diferentes motivos no jugaron Nekounam, Puñal y Vadocz- y el técnico murciano tuvo que recomponer un doble pivote formado por Azpilicueta y Rúper, quien volvió a disfrutar de un buen número de minutos. Desubicación del primero y bisoñez del segundo trajeron consigo que la iniciativa la llevaran en todo momento los anfitriones, a Osasuna apenas le duraba el esférico entre sus botas.

A partir de esa premisa, la escuadra navarra se amoldó a la situación llevando peligro a la portería rival a base de esporádicas arrancadas. Masoud cumplió con ese papel en la primera parte y Dady hizo lo propio en los segundos cuarenta y cinco minutos.

Masoud inquieta

El iraní volvió a situarse en la banda izquierda, una posición en la que no parece sentirse tan cómodo como por detrás del delantero, pero a la vista de la apuesta del de Cieza por jugar con Pandiani y Aranda de inicio -todo apunta a que serán los delanteros que comenzarán la Liga-, bien podría ser el recambio de Plasil. Ambos jugadores son de un perfil similar en lo que se refiere a su polivalencia, dado que saben manejarse en ambas bandas, no desmerecen si se acercan a la media luna del área y disponen de calidad técnica suficiente como para generar peligro de manera individual.

De hecho, Masoud fue de lo mejor en la mitad que estuvo en el campo. Apareció eventualmente, pero cuando lo hizo envió de cabeza el cuero al travesaño y dio más de una asistencia en carrera y botando faltas para que Pandiani y Aranda, peleones con la zaga enemiga, intentaran aprovecharlas.

Del carrusel de cambios tras el paso por vestuarios salió mejor parado Osasuna que, pese a seguir huérfano de balón, dio con el balón en las redes gracias al virtuosismo de la dupla de delanteros en teoría suplente. Sólo Azpilicueta -en la segunda parte ya lo hizo en el lateral derecho- y Sergio jugaron todo el partido.