A lo James Bond
«G.I. Joe»
Los famosos juguetes G.I. Joe ya tienen su franquicia cinematográfica, cuya primera entrega ha sido dirigida por Stephen Sommers inspirándose en la acción cosmopolita de las películas de James Bond.
M.I. | DONOSTIA
Desde que los primeros juguetes G.I. Joe se pusieran a la venta en 1964 hasta su actual versión cinematográfica, los personajes que representan han sufrido infinidad de cambios, dando lugar en otros países a licencias como la de Action Man o Geyperman, o pasando al cómic, la animación y los videojuegos. El fabricante original, que es la compañía juguetera Hasbro, se limita a vender los derechos de la franquicia, sin ejercer un control directo sobre el resto de productos resultantes. En el cine va a ser Paramount la que desarrolle la oportuna saga, que en su primera entrega está dirigida por Stephen Sommers, responsable de las dos primeras partes de «La momia» en su versión reciente. Ya no queda nada de la inspiración inicial, porque no hay que olvidar que el título fue tomado del clásico de cine bélico realizado a mediados de los 40 por el maestro William A. Wellman.
Las referencias que ha buscado Sommers para su película apuntan hacia otra famosa saga de acción, la de James Bond. Hay homenajes identificables, si así se les quiere llamar, a «Operación Trueno», «James Bond contra Golfinger», «La espía que me amó» y «Moonraker». Lo que priman son las cosmopolitas localizaciones alrededor de todo el mundo, con batallas submarinas que se supone se desarrollan bajo el Ártico, y hasta en una espectacular secuencia llega a ser derribada, por supuesto mediante efectos digitales, la Torre Eiffel en París. La acción salta de un lugar a otro a ritmo vertiginoso, sin que el espectador sea capaz de recordar a la salida del cine todos los países visitados, incluyendo el rodaje de interiores en los estudios Barrandov de Praga. Con el interminable reparto ocurre tres cuartos de lo mismo.