Un responsable del Departamento de Estado de EEUU anunció ayer que su país va a duplicar sus entregas de armas ligeras y munición al Gobierno títere somalí para ayudarle a luchar contra la insurgencia islamista, materializando así la promesa de más ayuda que hizo Hillary Clinton al presidente de Somalia, Sharif Sheij Ahmed. En el marco de su gira africana, Clinton se reunió con el mandatario somalí, con el que compareció en una rueda de prensa para instar a Eritrea a dejar de apoyar a los insurgentes islamistas shebab, a los que se enfrenta la Administración somalí y a los que tildó de «organización terrorista» que amenaza la seguridad internacional.

«Ha llegado la hora de que Eritrea ponga fin y abandone su apoyo a los shebab y comience a ser un vecino productivo, en lugar de desestabilizador», señaló. «No hay duda de que que los shebab quieren controlar Somalia para hacer de ella una base e influir e incluso infiltrarse en países vecinos para lanzar ataques más allá», dijo. «Si los shebab hacen de Somalia su santuario, esto podría atraer a Al Qaida y otros terroristas, lo que sería una amenaza para EEUU», añadió, por lo que exhortó a Eritrea a que deje sus «inaceptables» interferencias.

Por ironías de la historia, Sharif Sheij Ahmed, descrito como un islamista moderado, estaba a la cabeza de los tribunales islámicos que controlaron gran parte del país en el segundo semestre de 2006, y fue uno de los máximos resistentes contra la intervención militar etíope apoyada por EEUU en 2007. Acorralado en su palacio presidencial por una vasta ofensiva de los shebab y la milicia Hezb al-Islam lanzada a principios de mayo, sólo controla parte de la capital.