Sonia Sotomayor juró ayer su cargo como magistrada del Tribunal Supremo de Estados Unidos en una ceremonia oficiada por el presidente de la máxima instancia judicial del país, John Roberts. Sotomayor, de origen puertorriqueño, se convierte así en la primera mujer hispana en acceder a la más alta magistratura de EEUU y la tercera en ocupar uno de los nueve puestos del Supremo en los 220 años de historia del tribunal.

Los jueces del Supremo son nombrados por el inquilino de la Casa Blanca pero necesitan ser confirmados por el Senado, que dio luz verde a Sotomayor con 68 votos a favor y 31 en contra. En total, 59 demócratas y nueve republicanos respaldaron su candidatura. Los votos en contra vinieron por parte de la oposición republicana que ha reiterado sus dudas sobre la independencia jurídica de la juez.

Críticas republicanas

Desde su nombramiento y a lo largo de las audiencias de confirmación, la minoría republicana ha basado su discurso en el temor de que Sotomayor haga «activismo político» desde el estrado. Mientras, la mayoría demócrata ha elogiado la carrera de Sotomayor.

La magistrada creció en el barrio neoyorquino del Bronx y se graduó en la Universidad de Princeton y es también licenciada en la Universidad de Yale. Prácticamente ha trabajado en todos los niveles del sistema judicial durante tres décadas.