El cadáver encontrado el jueves en una sima de Azkoitia envuelto en una lona corresponde a un vecino de Erandio de unos 60 años y que cuenta con antecedentes policiales relacionados con las drogas, según confirmaron ayer fuentes de la investigación, aproximadamente 24 horas después de que se avanzara que se había encontrado su cartera junto al cadáver. Al parecer, este hombre había sido dado por desaparecido hace unos dos meses, después de que acudiera a comprar un coche, y la denuncia de su ausencia constaba en comisaría.

En cualquier caso, se matizó que todavía no han finalizado las labores de identificación del cadáver. El Servicio de Patología Forense de Donostia concluyó ayer la autopsia del cuerpo, pero se afirmó que a través de ella ni siquiera se puede determinar con total exactitud su identidad, aunque no se pone en duda la misma.

Asimismo, el juez encargado del caso ha decretado secreto de sumario, según informó el Departamento de Interior del Gobierno de Lakua. La investigación compete por el momento al juzgado correspondiente a la zona, con sede en Azpeitia.

El cuerpo fue encontrado el jueves por unos espeleólogos catalanes en el interior de la sima conocida como Bide Gorri, en el barrio de Madariaga entre Azkoitia y Elgoibar, pero no pudo ser extraído hasta primera hora del viernes, dado que se encontraba a unos 80 metros de profundidad. La juez ordenó que el cuerpo se llevara enrollado en la lona en que apareció. De ahí fue llevado al Servicio Forense, en Polloe.

La Policía autónoma acordonó la zona el mismo jueves y ayer por la mañana recogió indicios en el lugar para tratar de determinar quiénes fueron las personas que arrojaron el cuerpo a la sima desde la boca de entrada y que lógicamente podrían estar también relacionadas con su muerte. Se sospecha que fue un ajuste de cuentas.

En una mañana que no invitaba precisamente al baño ni al sol -ausente a esa hora-, decenas de personas recorrieron ayer la playa de La Arena de Muskiz para alertar contra la planta de coque ubicada a escasa distancia. Llevaban una pancarta con el lema «Por nuestra salud», con la que se reclamaba que la refinaría garantice la salud, la seguridad y el derecho al disfrute del arenal por parte de la ciudadanía de la zona. El último incidente se produjo el pasado 14 de julio, cuando un fallo en las calderas provocó una densa humareda negra que llevó la alarma tanto a los vecinos como a los bañistas.