Por decimoséptima edición, un cañonazo lanzado por Luis Mokoroa abrió las fiestas de Donostia. Pero quien se llevó todos los titulares fue en esta ocasión la Real Sociedad, que conmemora sus cien años de vida y que contribuirá al cierre de Aste Nagusia con el amistoso del sábado contra el Real Madrid.

El cañonazo resultó el más frío climatológicamente de los últimos años, en un día en que en Donostia no lució el sol en ningún momento. A las 19.00 el cielo lucía muy encapotado y amenazaba lluvia, por lo que fueron muchos quienes se acercaron el jersey puesto. Y la estampa veraniega habitual de la ciudad había cambiado radicalmente: las playas se encontraban vacías, lo que contribuyó también a que el centro de la ciudad estuviera concurrido como pocas veces.

Tras el imprescindible «Artillero, dale fuego» -coreado desde el estrado por jugadores de diferentes equipos de la Real Sociedad ataviados con la camiseta del Centenario-, Mokoroa encendió el zambombazo que inició oficialmente Aste Nagusia. Un leve aplauso de los cientos de curiosos de todas las edades allí reunidos recibió el es- truendo, aunque unos pocos se animaron también a descorchar botellas de champán. Como testigos directos estaban también los gigantes de la ciudad, recientemente remozados, así como militantes antitaurinos que pasaban por Alderdi Eder en manifestación en ese momento.

La intención inicial era que en esta ocasión se dispararan dos cañonazos, pero, tras unos minutos de suspense, finalmente se desestimó esta opción. Mokoroa, con su inconfundible mostacho, se encargó de explicar que se requiere guardar un espacio de tiempo entre disparo y disparo para que se apaguen las brasas provocadas por el primero en el interior del cañón. «Para lanzar dos cañonazos habría que poner dos cañones», indicó el artillero mayor y presidente de la Cofradía Vasca de Gastronomía.

Piratak, por delante

Los decibelios habían comenzado a aumentar en Alderdi Eder a eso de las 18.20, cuando se acercaron las cuatro batukadas que habían partido de diferentes puntos de la ciudad para ir haciendo ambiente. La multitud que transitaba por la zona miraba de reojo lo que ocurría en el anexo Boulevard, donde la Ertzaintza se afanaba en impedir la manifestación de la izquierda abertzale. El zumbido del helicóptero era el ruido de fondo.

La fiesta había empezado mucho antes en el programa de los Piratak, que el viernes reunieron en el primer concierto a Piperrak, Parabellum y Esne Beltza. Hoy celebrarán la romería a Urgull, con comida incluida, y mañana llegará el abordaje, auténtico plato fuerte.

La parte oficial de esta Aste Nagusia se apoya en las tres patas habituales: fuegos artificiales, corridas de toros y conciertos. Anoche era el turno de Nena Daconte en Sagues, pero la lluvia amenazaba con estropear estas primeras horas. Hoy también se anuncia un día muy gris en Donostia. Luego, todavía habrá otros seis días y noches para tratar de sacar juego a las actividades convocadas.

Elorza: «El plato fuerte»

Los responsables del Ayuntamiento multiplicaron sus intervenciones en los medios para exaltar estas fiestas y para intentar ponerlas en primer plano informativo por encima de las cargas que se sucedían en el Boulevard y la Avenida.

Además del concejal Denis Itxaso, responsable del programa festivo, el alcalde, Odón Elorza, se mostraba exultante por el arranque festivo. «Ésta es la fiesta grande de Euskadi -manifestaba-. El aperitivo de Vitoria está muy bien, de postre está Bilbao, pero el plato fuerte está en San Sebastián».

El primer edil del PSE anunció la presencia del lehendakari, Patxi López, en los próximos días para conocer esta Aste Nagusia de Donostia. Al mismo tiempo, Odón Elorza reclamaba que «no se politicen las fiestas», así como que no se produzca violencia de género.