Tras la entrada en vigor de la ley sobre seguridad promovida por el Gobierno de Silvio Berlusconi, que contempla como delito la inmigración irregular, se dieron ayer las primeras denuncias y detenciones. Esta polémica ley autoriza también las rondas callejeras de ciudadanos voluntarios para vigilar las calles.

Fuentes de la Jefatura de Policía de Pescara, en el centro-este del país, confirmaron que la Policía arrestó a dos personas de nacionalidad marroquí en situación irregular, que serán procesadas mañana mismo. Según informaron medios italianos, hubo también numerosas denuncias contra inmigrantes en ciudades como Bologna, Milán o Sanremo.

Una ley polémica

La nueva ley de Berlusconi, aprobada el 2 de julio con el amparo de la ultraderecha y en medio de la polémica, ha recibido un amplio rechazo por parte de la oposición, así como de la Iglesia e incluso del propio presidente de la República, Giorgio Napolitano.

La ley prevé multas de entre 5.000 y 10.000 euros a los inmigrantes que no tengan la documentación requerida y la posibilidad de expulsarlos inmediatamente. También se castigará con penas de cárcel a aquellos ciudadanos que alquilen una casa a inmigrantes que estén en esa situación.

Otro de los puntos que ha causado mayor polémica ha sido la introducción de rondas de ciudadanos para vigilar las calles. Entre la reglamentación que el Gobierno prevé para garantizar la «legitimidad» de estos grupos de vigilancia, se contempla que no podrán ir armados ni tener antecedentes penales, y deberán aportar un certificado psicológico.