Las elucubraciones policiales fueron la nota característica de la jornada de ayer después de las explosiones de pequeña potencia provocadas por ETA el domingo en Mallorca, pese a la «Operación Jaula» desarrollada después del atentado mortal de Palmanova del 30 de julio. El Ministerio del Interior evitó esta vez realizar comparecencias públicas, pero sí trascendió que en Madrid se reunieron las cúpulas de Policía española y Guardia Civil para analizar la situación creada.

Fuentes de la investigación indicaron a la agencia Efe que «lo razonable» sería de que los autores de los atentados ya no se encuentren en la isla. Al menos uno de los artefactos que estalló el domingo fue colocado antes de la tarde del viernes, ya que el local -la cafetería Nica- permanecía cerrado desde entonces.

No descartan incluso la hipótesis de que las bombas fueran colocadas y los temporizadores programados antes de que se hiciera estallar la bomba-lapa que mató a dos guardias civiles el 30 de julio, con lo que los activistas podrían haber huido hace muchos días. Uno de los datos que avalan esta hipótesis es que los artefactos se hallaban escondidos en puntos de difícil acceso para dificultar su hallazgo. En todos los casos estallaron en los baños de mujeres de los diferentes establecimientos -tres locales de hostelería y una galería comercial subterránea-.

Sin embargo, tampoco se descarta del todo la posibilidad de que haya un comando en la isla, e incluso dos según informó ETB: uno formado por «legales» y otro por personas fichadas. Por este motivo, los rastreos policiales siguen siendo muy notables, aunque no se ha llegado a cerrar el aeropuerto como ocurrió tras el doble atentado mortal de Calviá.

En este contexto, el presidente del Govern balear, Francesc Antich, reclamó a la ciudadanía que comprenda que «este trabajo se tiene que hacer y que hay que colaborar».

«Si el rey se queda...»

Además de la seguridad, preocupan los efectos sobre el sector turístico. El secretario de Estado de Turismo español, Joan Mesquida, trató de tranquilizar a los visitantes argumentando que «si la familia real no ha variado sus planes, evidentemente nadie lo hará».

Pese a este tipo de mensajes, se conoció que en las últimas horas se han producido cancelaciones. Y también que por la mañana se produjo una reunión entre responsables institucionales y representantes del sector turístico, tras la que la patronal del pequeño y mediano comercio de Mallorca (PIMEM) afirmó que estos ataques «abren una enorme incertidumbre en el sector, en un momento de profunda crisis y en plena temporada alta turística» .

Berlín matiza

En paralelo, las autoridades españolas han multiplicado los contactos con otros gobiernos para pedirles que no disuadan a sus ciudadanos de viajar al Estado español. Resultó significativo que representantes del Gobierno alemán hicieran públicas varias declaraciones a lo largo de la jornada con la intención de tranquilizar a sus miles de turistas en las Baleares, después de que la víspera difundieran consejos como «evitar grandes con- centraciones de personas».

Como ejemplo, el ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, explicó que «ETA sigue siendo un peligro» pero que «el Gobierno español y sus fuerzas de seguridad han hecho grandes progre- sos». «La situación, por el momento, no es como para que desaconsejemos viajar a Mallorca», concluyó.

El diario londinense ``The Times'' explicó que las explosiones «hacen crecer el miedo a una campaña contra la industria turística» y «son una muestra de fortaleza de ETA tras las últimas detenciones».