El ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo ayer no descartar que las bombas que explosionaron el pasado domingo en Palma fueran colocadas con anterioridad. Al margen de la importancia que para la Policía tenga esa información, el problema subyacente es el mismo, por mucho que el ministro pretenda obviarlo. También afirmó que los ciudadanos pueden sentirse seguros, pero al mismo tiempo que ETA mantiene su capacidad operativa. Cabe recordar que tras el primer atentado en Mallorca se le antojaba irrisoria la posibilidad de que la organización armada contara con infraestructura en la isla, posibilidad que ubicaba en «otros tiempos» y que ahora se destaca como factible.

El Ministerio a cuya cabeza se encuentra Pérez Rubalcaba se ha caracterizado por el abusivo empleo de propaganda, con generoso respaldo mediático. Ayer demostró que no ha abandonado esa tendencia, y a nadie se le puede escapar que se trata de una cuestión demasiado seria para hacer propaganda. No es el mejor modo precisamente de recuperar la credibilidad perdida.