Las ruinas del castillo de Tiebas todavía conservan vestigios medievales
El castillo de Tiebas fue uno de los principales objetivos de las tropas castellanas cuando conquistaron Nafarroa, ya que allí se guardaban los documentos oficiales del reino. Entre las ruinas de esta emblemática fortaleza han aparecido ahora vestigios medievales.
Iñaki VIGOR
Situado en un pequeño altozano en las afueras de Iruñea, el castillo de Tiebas controlaba el principal paso entre la capital navarra y el castillo de Erriberri-Olite, una de las principales sedes reales del viejo reino. Tiebas también fue residencia real durante los siglos XIII y XIV, pero su principal peculiaridad era que en este palacio se custodiaba parte del tesoro del reino y servía como depósito del archivo de la Cámara de Comptos y del Archivo Real. Su importancia no pasó desapercibida para las tropas castellanas, que lo destruyeron e incendiaron en 1378. Así lo recuerda Iñaki Sagredo, autor del libro «Castillos que defendieron el Reino».
«Esta fortaleza era muy importante, y al quemarla se perdieron gran cantidad de documentos medievales. De Sancho El Fuerte y otros monarcas navarros no quedó prácticamente nada. Además -añade-, los reyes navarros se llevaron parte de la documentación a la Corte de Pau, y con la Revolución Francesa también se quemó».
Los trabajos de arqueología han permitido descubrir que la colina de Tiebas ya había estado ocupada en la Edad del Hierro (1200-200 antes de Cristo). Sus únicos vestigios son fragmentos de cerámicas y de molinos de mano, ya que el poblamiento quedó destruido por la construcción del castillo-palacio. Tras el incendio de 1378, sólo quedaron en pie sus muros maestros. Su interior, construido en madera y yeso, fue arrasado. Aunque fue reconstruido en 1445, parece que fue incendiado de nuevo tras la Batalla de Noain en 1521, fecha en que las tropas castellanas se hicieron definitivamente con el control del reino vascón.
El edificio estuvo cuidado hasta su abandono hacia 1640. Poco más se conoce de su trayectoria hasta el siglo XIX, momento en que se hicieron tres dibujos del edificio que se conservan en el Servicio Histórico Militar de Madrid. Su estratégica ubicación quedó de manifiesto también durante la Guerra de la Independencia (1810-1813), ya que allí hubo una guarnición armada francesa como puesto de vigilancia para controlar el eje Iruñea-Tutera.
En el verano de 1812 hubo enfrentamientos en las cercanías y los franceses intentaron tomarlo al asalto. En el curso de estas escaramuzas el castillo fue volado. Parece que entonces se arrancó el plomo de los chapiteles para fundir con él balas y municiones. Con posterioridad, lo que quedaba del castillo también soportó las consecuencias de las guerras carlistas, ya que fue un punto estratégico para el cerco de la capital navarra.
Desde entonces, la fortaleza de Tiebas ha estado abandonada y en estado ruinoso hasta bien avanzado el siglo XX, cuando el Ministerio de Cultura español la declaró Bien de Interés Cultural. El 6 de octubre de 1995 la inscribió en el Registro General del Patrimonio Histórico Español y tres años más tarde se adjudicó mediante concurso público la redacción del plan director de recuperación y puesta en valor del conjunto palaciego. Este programa se paralizó en 1999, y en 2005 el Ayuntamiento de Tiebas-Muru Artederreta adquirió la propiedad del castillo y retomó el proyecto de recuperación.
Entre los años 2006 y 2008 se ha acondicionado para la visita la parte central del conjunto, se ha limpiado la bodega y se ha consolidado la mayor parte de las ruinas. Además, las exploraciones arqueológicas han permitido descubrir los restos de la puerta de acceso, el enlosado del patio y partes del edificio de las cocinas.
Pavimento de azulejos del medievo
Uno de los hallazgos más llamativos ha sido un suelo de pavimento de azulejos de época medieval, del que el Gobierno de Nafarroa dio noticia ayer con motivo de la visita que realizó a Tiebas el consejero de Cultura y Turismo, Juan Ramón Corpas Mauleón.
El historiador Iñaki Sagredo lamenta que este castillo haya estado tantos años en el olvido por parte de las instituciones navarras. «No sé si es por una cuestión política o por dejadez, porque el patrimonio navarro está bastante abandonado a nivel general. El castillo de Tiebas ha estado durante años al lado de la cantera de Alaitz y eso ha hecho mella, porque se han producido grietas y algunas piedras se han desprendido -informa-. Parece que le dan más importancia al turismo que a la historia, y eso es lo triste».
En cuanto a las obras de consolidación del castillo de Tiebas, Sagredo opina que «parece que se está despertando una conciencia a nivel institucional de cara al 500 aniversario de la conquista de Navarra, como si hubiera un remordimiento, porque estos castillos demostraban la independencia del reino».