Cuentas
Falta el remite, aunque en Euskal Herria todo el mundo lo conoce. Primero actuó Barcina en su Iruñea de adopción. Vino luego Gasteiz, con medidas represivas inéditas. Y hasta la idílica Donostia de Odón llegó el humo de las escopetas y el retumbar de los pelotazos. Ahora a la txupinera de Bilbao le muestran lo por venir. Alguien debería dar -tal vez rendir- cuentas. Por ejemplo, los responsables de Interior. Y hay tres afectados.
OLASO