En el mismo escenario en el que en 1936 Jesse Owens dio al traste con la teoría nazi de la superioridad de la raza aria, colgándose cuatro medallas de oro en presencia de Adolf Hitler, los negros protagonizarán desde el sábado los mejores momentos de los Campeonatos del Mundo. 73 años después, en aquel Estadio Olímpico remodelado para acoger el Mundial de Fútbol en 2006, el black power es una realidad incuestionable. Con la velocidad en manos de jamaicanos y estadounidenses, mayoría negra salvo Wariner, y el fondo y parte del medio fondo en piernas africanas, tan sólo algunos concursos van a tener blancos con sitio reservado en los mejores peldaños del podio. Usain Bolt, el rayo que ha puesto el sprint en el lugar que le corresponde, quiere seguir cautivando a la audiencia. La misma afición que hace un año se rindió ante el desparpajo de un muchacho capaz de correr los 100 metros (9.69) y los 200 (19.30) a niveles nunca vistos. Pulverizar el registro de Michael Johnson en sus narices. Contribuir al récord del relevo de 4x100 para mayor gloria de Jamaica, un país apasionado por el atletismo y celebrarlo a su manera.

Al triple campeón olímpico le espera el doble campeón mundial. Tyson Gay mantiene las formas y en los días previos se dedica a recordar la admiración por su legendario compatriota. Gay admira a Owens, el campeón marginado por el racismo imperante en el país para el que ganaba las medallas. «Será muy especial correr en el mismo estadio, para mí es un héroe» dice y en su honor el equipo de las barras y estrellas incluirá en sus camisetas las iniciales J y O como homenaje al Owens que en ese recinto ganó los 100 y 200 metros, el relevo 4x100 y la longitud. También se encomendarán a su espíritu para evitar que se repita la humillación que los y las atletas jamaicanas les infligieron en los Juegos Olímpicos de Beijing.

La revancha entre la pequeña isla caribeña y el gigante yanqui ha estado en la cuerda floja, tras la decisión de la Federación Jamaicana de excluir a seis de sus atletas por la razón oficial de no haberse presentado en la residencia del equipo en Nuremberg. Entre estos se encontraba el ex recordman Asafa Powel, uno de los grandes en activo. Pero también podían haberse quedado fuera la campeona olímpica de 100 metros, Shelly-Ann Fraser; su homóloga de 400 metros vallas, Melaine Walker; la vallista Brigitte Foster-Hylton; la subcampeona olímpica de 400 metros, Shericka Williams, y la cuatrocentista Kaliese Spence.

Ayer por la mañana la delegación caribeña solicitó que se anulara la inscripción de estos atletas y aspirantes a medalla. Por la tarde, el secretario general de la IAAF, Pierre Weiss, explicó que «la decisión de la Federación Jamaicana afecta a la credibilidad de nuestro deporte, así que ha aceptado reconsiderar su decisión. Estamos en un Campeonato del Mundo y queremos que los mejores atletas estén presentes. Estos seis atletas vuelven a estar en la lista de participantes y en mi opinión es una decisión definitiva», precisó Weiss, tras una reunión a la que asistieron el mandatario caribeño, Howard Aris, y el presidente de la IAAF, Lamine Diack.

Así que Jamaica vuelve a contar con todos sus recursos, aunque los últimos acontecimientos hayan contribuido a sembrar más dudas sobre la limpieza de los afectados que prefirieron permanecer en Italia con el grupo de Stefen Francis en lugar de presentarse en la concentración de Nuremberg, donde al parecer les esperaba un control antidopaje.

Bolt sí acudió. Convertirse en triple campeón olímpico y en triple plusmarquista mundial le situó en la cumbre y aunque haya reconocido que «ser famoso no es fácil», los éxitos no le han pasado factura en los tacos a tenor de sus resultados veraniegos. Con la meteorología en contra ha salido airoso de sus reuniones para llegar a la capital alemana dispuesto a dar guerra.

Lo primero es el título. Ahora, si acompaña la marca mucho mejor, sobre todo para un hombre que supera las centésimas a dentelladas y al que su propio entrenador sitúa en torno a los 9.50. Bolt pretende perdurar como leyenda y eso implica cierto alejamiento de polémicas. Su objetivo será Gay y el duelo promete, aunque Powell que comparte con ambos el puñado de «cienes» más rápidos de siempre, veremos como reacciona ante el escándalo. Con la rivalidad de Estados Unidos-Jamaica entre los hombres y las mujeres de 100 -Kerron Stewart esta temporada ha sido capaz de correr en 10.75, casi como Marion Jones hace una década- y 200, y los relevos unificados tras la readmisión, el Rayo aspira a otra hazaña.

También existen

Y aunque la velocidad esté deparando las noticias, otras disciplinas también se muestran generosas. Kenenisa Bekele y Tirunesh Dibaba doblarán en 5.000 y 10.000, doble reto etíope calcado al de Beijing. Con los keniatas dominando otras pruebas de fondo y algunas disciplinas del medio fondo, y el cubano Dayron Robles mandando en las vallas, la supremacía negra se dejará ver por muchos podios. Otra cosa serán los concursos como van a poder comprobar Marlene Dortch, la nieta de Owens, y el hijo de Luz Long, Kai. Ambos entregarán las medallas a los vencedores de salto de longitud 73 años después de que esa misma prueba uniera para siempre al abuelo de Alabama y a su adversario alemán, oro y plata respectivamente, tras un concurso que pasó a la historia y del que salieron juntos como amigos.