Tafalla vivió ayer el cohete festivo más tenso de los últimos años. La Audiencia Nacional española había prohibido de madrugada los actos de carácter reivindicativo, y en concreto el brindis a favor de los presos y la encartelada habitual de los viernes, así como la comida pro-presos de mañana. Poco después de las nueve de la mañana la Guardia Civil penetró en el bar Azoka y dos horas más tarde lo hizo en el bar Pasadizo, ya que el brindis pro-presos estaba convocado en el Pasadizo de los Txistularis, este cuerpo armado lo confundió con dicho local.

Este último bar fue ocupado por decenas de guardias civiles, quienes anunciaron su cierre. Esto provocó una fuerte tensión con los dueños del mismo y con los clientes, tensión que se fue extendiendo a otros puntos de Tafalla cuando sólo faltaba media hora para el chupinazo.

Así las cosas, los concejales de la izquierda abertzale fueron al Ayuntamiento y la propia alcaldesa, Cristina Sota (UPN), realizó gestiones para evitar el cierre del bar Pasadizo, tras explicar que el local y el lugar del mismo nombre son dos cosas distintas.

No obstante, el centro de Tafalla seguía totalmente tomado por los «antidisturbios», ante la estupefacción del vecindario. Al final, las gestiones realizadas desde Ayuntamiento con la Delegación del Gobierno español en Nafarroa consiguieron que la Guardia Civil se retirase a sus cuarteles cuando sólo faltaban cinco minutos para las 12.00.

La tensión vivida en la calle se trasladó también al interior del Ayuntamiento, donde algunos concejales fueron increpados por vecinos. En medio de una fuerte crispación, Javier Ibáñez (Iniciativa por Tafalla ) y el maratoniano Ricardo Abad lanzaron el cohete al alimón. Los concejales de Nafarroa Bai y de la izquierda abertzale exhibieron ikurriñas desde el Ayuntamiento. Estos últimos también sacaron una gran bandera con el mapa de Euskal Herria y el lema «Euskal presoak eta iheslariak etxera».

A pesar de que momentos antes del chupinazo ya se había retirado la Guardia Civil, el gentío que llenaba la plaza creyó que todavía seguía en el pueblo, por lo que se paralizó el comienzo festivo. Las tres peñas tafallesas -El Cierzo, El Aguazón y El Empuje- se negaron a iniciar el desfile habitual que sigue al cohete, y con ellas la Banda de Música, gaiteros y txistularis.

Los presidentes de las peñas acudieron al Ayuntamiento para mostrar su rechazo a la ocupación de la Guardia Civil, y cuando comprobaron que ya se había retirado, iniciaron el desfile festivo por las calles.

Brindis pro-presos

La tensión volvió de nuevo a las 13.00, hora del brindis pro-presos en el Pasadizo. Algunos vecinos fueron identificados en ese lugar por policías de paisano, y la reacción de la gente fue concentrarse de forma espontánea en la Placeta de las Pulgas. Entre numerosas ikurriñas y banderas pro-presos, cientos de personas dieron gritos a favor de la independencia y exigieron «que se vayan» las fuerzas policiales españolas.

Éstas no aparecieron por el lugar y el brindis a favor de los presos se desarrolló y finalizó sin incidentes de ningún tipo.