Los cursos de verano de la UPV-EHU han traído a Donostia a María José Rosselló. Bajo el nombre de «Comida y corazón: amor y odio» pretende divulgar, pero sobre todo informar sobre los hábitos saludables, que no tienen por qué ser aburridos.

Dice que todo está en saber combinar los alimentos para sacar el mayor provecho de ellos.

A pesar de tanta información que tenemos sobre la vida sana, ¿hay desinformación?

Sin lugar a dudas hay muchos datos que son inciertos, falsos. La gente cree que son correctos y se crea una gran confusión en torno a los hábitos saludables. Pero soy positiva, y pienso que a pesar de todo somos muchos los que trabajamos por difundir información de calidad. Por otro lado, aparte de informar lo que tenemos que conseguir es que la gente lo entienda y lo asimile para poder aplicarlo en su día a día. La información en sí no tiene ningún valor si luego no se lleva a cabo.

Hablando del día a día, ¿Cómo nos afectan las costumbres alimenticias de ahora?

Antes no existía el término «No tengo tiempo para comer», porque a pesar de trabajar se buscaba un hueco para comer o almorzar. En cambio las prisas, o la creencia de la falta de tiempo, hace que la gente eche mano de productos industriales o comidas menos saludables.

Pero los niños también han adquirido malos hábitos, como no desayunar.

Es cierto, pero son los padres los impulsores de ello. Antes a los más pequeños no se les daba opción de elegir: se desayunaba y punto. Ahora eligen lo que comen, decantándose mayormente por alimentos poco beneficiosos para la salud.

La charla se ha presentado bajo el nombre de «Comida y corazón: amor y odio». ¿Es la idea que se tiene sobre la alimentación equilibrada?

Es una idea extendida entre la gente que comer sano es aburrido, se ha distorsionado la realidad. La clave está en saber combinar los alimentos. Porque comer sano no significa privarse de todo aquello que más nos gusta, ni dejar los caprichos.

Entonces, ¿el chocolate?

También el chocolate es parte de una dieta. Siempre y cuando no se cometan excesos-como con cualquier alimento-, es beneficioso. Un poquito de este dulce no hace daño a nadie.

Bien sabido es que a los vascos nos gusta comer y beber bien. ¿Cómo podríamos sacar provecho de nuestra gastronomía sin deteriorar nuestra salud?

En este aspecto sois afortunados porque tenéis una amplísima gama de productos de todo tipo: carnes, pescados, verduras...y además vuestra cocina es sana, ligera. Es una cocina que se basa en una materia prima de muy buena calidad, y eso ayuda mucho. No conlleva muchos cocidos, ni grasas, y os decantáis más por pescados al horno, o carnes a la plancha. También la legumbre de Euskal Herria es muy rica y variada. El comer bien no implica consumir productos que no sean beneficiosos. Repito que la clave está en la variedad y en las cantidades moderadas.

Reunirse alrededor de la mesa con los amigos es casi algo sagrado para los vascos.

¡Y podéis, incluso debéis seguir haciéndolo!no se tiene que renunciar a algo así si la mesa la preside una buena ensalada, unos pimientos asados...En definitiva, productos ligeros, y sin caer en los abusos. Es más, disfrutar de un plato en buena compañía es muy saludable, sabe mucho mejor, y sienta de maravilla.

Para comer no suele haber pereza. Pero ¿a la hora de hacer ejercicio?

Para eso se buscan mil excusas que no benefician a uno mismo. Una persona que no practica deporte debe disminuir las cantidades de las comidas. Es importante destacar lo importante de combinar una dieta equilibrada con el ejercicio. Con estos dos elementos conseguiremos una vida más longeva, pero lo que es más importante aún, mayor calidad de vida.

El picoteo es muchas veces difícil de evitar. ¿Cómo se puede «matar el gusanillo»?

Se puede quitar el hambre sin recurrir a productos de máquina. Es más, llegar sin demasiada hambre a la hora de la comida o de la cena ayuda a no cometer excesos y controlar las cantidades. Por ejemplo, comer a media mañana una pieza de fruta o merendar un yogur con nueces nos saciará lo justo y necesario.

La tasa de obesidad ha aumentado considerablemente. ¿La gente no está concienciada?

Debemos incidir en la importancia que tiene cuidarnos ahora para un mejor futuro. Sólo en nuestras manos está llevar a cabo los hábitos saludables. La salud es un tesoro que debemos cuidar. Somos lo que comemos.