A pesar que de la Fiscalía española volvió ayer a requerir al juez de la Audiencia Nacional española el cierre del bar Zurgai del barrio de la Txantrea de Iruñea, el magistrado Eloy Velasco acordó no clausurar los bares Zurgai y Ezpala de la capital navarra, aunque mantiene el encausamiento de los responsables de los locales hosteleros, así como el de las dos camareras, cuya imputación ha fijado como supuesto delito de «enaltecimiento del terrorismo».

Los responsables de los bares Zurgai (Txantrea) y Ezpala (Iturrama), así como las dos camareras que fueron identificadas por la Guardia Civil, comparecieron ayer en el tribunal especial de Madrid, después de que la Fiscalía española demandase su encausamiento por mantener fotografías de presos políticos vascos en ambos establecimientos de la capital navarra.

En la vista de ayer, la Fiscalía sólo reclamó el cierre para tres meses del bar Zurgai, ya que el Ezpala retiró los retratos de los presos vascos en días posteriores a la irrupción de la Guardia Civil. Y aunque los responsables del Zurgai también los retiraron, en su lugar mantuvieron las siluetas. Es por ello por lo que el fiscal de la Audiencia Nacional demandó su clausura.

Sin embargo, los cuatro vascos regresaron ayer a Euskal Herria encausados en el litigio judicial, que sigue su curso, con la imputación de haber incurrido en un posible delito de «enaltecimiento del terrorismo». En las próximas semanas la Fiscalía española deberá decidir si solicita la apertura de juicio oral o no.

«Instrucciones de ETA»

No obstante, el juez Eloy Velasco deja patente su decisión de continuar con las diligencias al entender que la colocación de las fotografías supone enaltecer «actos criminales», así como hacer escarnio a las «víctimas del terrorismo». Además, insiste en que la colocación de retratos de los presos vascos responde a una instrucción de ETA «con el objeto de mantener la fidelidad de sus militantes tanto en las cárceles como fuera de ellas».

Con un discurso enmarcado en los mismos parámetros, la portavoz del Ejecutivo de Lakua, Idoia Mendia, volvió ayer a defender la actuación de la Policía autonómica en la noche del domingo en Gernika.

Después de que el alcalde de Gernika, José Mari Gorroño, tildara de exceso la arremetida policial, que causó una veintena de heridos y se saldó con cuatro detenidos, y criticara la actuación por crear «alarma social», Mendia volvió a insistir en que la Ertzaintza «hizo lo que tenía que hacer», ya que entiende que «al entorno radical no hay que darle ni medio aliento».

Vergüenza y rabia

En el municipio vizcaino, por su parte, la asamblea popular llevó a cabo ayer una comparecencia para denunciar la brutalidad policial. Así, relataron cómo, tras el veto de la Audiencia Nacional a la kalejira, la idea de llevar a cabo un triki-poteo fue secundada por más de veinticinco bares con objeto de animar las calles en el día mayor de las fiestas. Además, recalcaron que el triki-poteo ni siquiera se hizo, ya que la Policía autonómica procedió, directamente, a cargar contra la gente «sin preguntar ni dar aviso alguno».

«Sentimos vergüenza y rabia. Vergüenza, por lo que tuvimos que vivir durante una hora en Gernika. Y rabia, porque para hacer lo que han hecho han actuado con total impunidad», denunciaron, además de subrayar que «la solidaridad no es delito. Los gobernantes no pueden negar o limitar la libertad de expresión mediante la Policía».

Al igual que la portavoz de Lakua, desde el PP y el sindicato policial ErNE defendieron la actuación policial y rechazaron las críticas del alcalde de Gernika. ErNE, por ejemplo, subrayó que fue «la profesionalidad» de los policías lo que «evitó que se produjesen daños personales entre aquellos que estaban disfrutando de las fiestas». La asamblea popular de Gernika cuantificó en más de una veintena los heridos del domingo.

Ante las críticas vertidas contra el alcalde de Gernika, Eusko Alkartasuna emitió ayer un comunicado con el que defendió la actuación «impecable» del primer edil de la villa vizcaina, además de adherirse a sus afirmaciones al considerar «un exceso» que la Ertzaintza entrara con tanta virulencia «en un recinto festivo lleno de personas de todas las edades».

Basagoiti pide ayuda a PNV y EA

El PP, sin embargo, solicitó que Interior de Lakua actúe del mismo modo también en el recinto de txosnas de Bilbo, a la par que demandaba al PNV y a EA que respalden la actuación de la Policía autonómica en el contexto de la estrategia del Gobierno de Lakua de emplear al cuerpo policial «para desterrar de las calles a los que cultivan el fanatismo». Basagoiti, al respecto, se mostró convencido de que «muchos votantes del PNV están de acuerdo con no dar ni un milímetro de espacio de las calles a los que defienden y justifican el terrorismo» y les demandó que sus denuncias contra la izquierda abertzale no las hagan «con la boca pequeña».

Quien se dirigió directamente hacia la izquierda abertzale fue el coordinador general de Ezker Batua-Berdeak, Mikel Arana, al reclamarle que «deje de politizar las fiestas», además de censurar lo que entiende que lleva a cabo: «intentar aglutinar a su gente en torno a un enemigo común convocando manifestaciones, a sabiendas de que pueden generar conflictos».

En ese sentido responsabilizó a la izquierda abertzale de crispar y tensionar las fiestas en los municipios vascos, aunque dijo defender el derecho de manifestación. En lo concerniente a las actuaciones policiales, Arana se limitó a pedir al Departamento de Interior de Lakua «la máxima prudencia» en su forma de actuar para que la ciudadanía «no se vea perjudicada».