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El convulso escenario de Oriente Medio

La mayor cadena de atentados del año en Irak causa 95 muertos

95 muertos, más de 500 heridos y cinco ministerios y hasta una decena de objetivos atacados con camiones-bomba y fuego de mortero y misiles katiyusha. Es el balance de una serie coordinada de ataques en la que la ultraprotegida Zona Verde de Bagdad vivió, por un día, el infierno diario que vive Irak desde la invasión. Sobre su autoría, se apuntaba al ilegalizado partido Baath, a los islamistas de la órbita Al Qaeda e incluso a disputas internas en el Gobierno chií.

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GARA | BAGDAD

Bagdad registró ayer una serie de ataques perfectamente coordinados, y que combinaron el uso de coches-bomba y el fuego de mortero, contra la Zona Verde, el corazón político y ultraprotegido de Bagdad.

Al menos 95 personas murieron y más de medio millar resultaron heridas en estos ataques, que tuvieron entre sus objetivos preferentes las sedes ministeriales.

La de ayer fue la jornada mas sangrienta en la capital iraquí desde el 1 de febrero de 2008, cuando 98 personas murieron en un atentado en un mercado abarrotado de la ciudad.

El atentado más mortífero fue llevado a cabo ayer con un camión cargado de explosivos contra el ministerio de Exteriores y se saldó con 47 muertos y 195 personas heridas.

La explosión provocó un cráter de tres metros de profundidad y diez de largo a escasos metros de la entrada de la llamada «Zona Verde», complejo totalmente sellado en el centro de la capital iraquí y que alberga la embajada de EEUU y la sede del Gobierno iraquí.

Tiembla el Parlamento

Fue tal la onda expansiva de la deflagración que los muros y el techo de la sede parlamentaria temblaron, provocando el pánico de los diputados presentes.

En el exterior de la sede ministerial, la visión era dantesca. Se veían cadáveres atrapados entre los hierros de los vehículos alcanzados por la explosión cuando circulaban por la zona.

Un vecino de un inmueble próximo, Hamid, narraba que «estaba en casa con mi familia cuando el techo se ha desplomado». Este padre de familia de 46 años de edad no ocultaba su ira contra el Gobierno. «Nos dicen que la seguridad ha vuelto, pero ¿dónde está? Si el atentado ha sido justo delante del Ministerio de Exteriores, en el corazón de Bagdad...», ironizaba.

«¿Dónde están los servicios de socorro?», gritaba indignada la gente desde las ventanas de sus casas, inundadas tras reventar las tuberías y depósitos.

Repliegue estadounidense

Estos ataques suponen un mentis a un gobierno, el bagdadí, que alardea de tener suficiente capacidad para asegurar la seguridad en la capital.

El 30 de junio pasado, el Ejército ocupante estadounidense se replegó de las ciudades y villas iraquíes, confinándose en bases situadas en los extrarradios y confiando el control de las zonas urbanas a las fuerzas colaboracionistas nativas.

Otro atentado con un camión-bomba, esta vez conducido por un kamikaze, dio de lleno ayer al ministerio de Finanzas, dejando un saldo de 28 personas muertas. Los heridos se acercaban a los 300. «Un kamikaze ha hecho explotar su camión frigorífico con 1,5 toneladas de explosivo cerca del ministerio», señaló un portavoz oficial.

El camión estalló a la altura del puente de una vía rápida que comunica el norte y el sur de la capital. Una viga de 30 metros que sostenía la estructura se vino a bajo y varios vehículos se precipitaron al vacío.

Es la segunda vez desde 2007 que el ministero de Finanzas es completamente destruido por un atentado. «La fuerza de la explosión me ha proyectado más de cinco metros. El falso techo se ha desplomado sobre nuestras cabezas», narraba un empleado, Mohamed Sale.

«La mayoría de los directores generales del Ministerio están hospitalizados en nuestro centro», confirmó un portavoz anónimo del hospital central. En total cinco sedes ministeriales, incluidas las de Sanidad, Vivienda y Medio Ambiente; todas ellas en la Zona Verde o en sus aledaños, fueron atacadas.

Otros atentados con bomba causaron destrozos en la Universidad de Mustansiriya, en el este de Bagdad, así como en los barrios de al-Bia, en el sur de la ciudad, en el de Kifaa y el de Salhiya, en el centro, y en el de Waziriya, en el norte de Bagdad.

Pero la masacre pudo aún haber sido mayor. Otro camión cargado con una tonelada de explosivos, estacionado en la misma zona del ministerio de Exteriores, habría sido descubierto y desactivado minutos antes de la explosión, si hacemos caso de la versión ofrecida por la Policía.

Los autores de estos ataques lanzaron asimismo morteros y misiles katyusha tanto contra la Zona Verde como contra otros objetivos. Uno de los proyectiles impactó en la residencia de la ministra de Desarrollo, Narmine Othmane, quien aseguró que no provocó víctimas.

En un intento de sortear las iras de la población, el Gobierno se apresuró a asegurar que «estos ataques evidencian que los terroristas tienen como objetivo a las infraestructuras del país y a la población civil».

Versiones para todos los gustos

Qassam Atta, portavoz de la Comandancia militar de Bagdad, apuntó simultáneamente a la resistencia de corte islamista rigorista y a los grupos armados vinculados al Baath, del depuesto y ejecutado ex presidente iraquí Saddam Hussein.

«La alianza de baasistas y de extremistas islamistas es responsable de estas operaciones terroristas que buscan complicar la situación política y la seguridad del país», aseguró.

Algunos no pasan por alto la coincidencia de estos ataques con el viaje del primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, a Damasco, donde se reunió la víspera con el presidente sirio, Bachar al-Assad, en un intento de forzar a Siria a que selle la frontera.

No falta incluso quien, como Hussein Ali, un mecánico bagdadí, apunta la maquiavélica posibilidad de que tras los atentados se hallen disputas internas en el Gobierno. Y es que, a meses de las legislativas de enero, se ha abierto una crisis en el seno de las formaciones chiíes pro-ocupación entre quienes, como el propio al-Maliki, apuestan por una alianza con grupos suníes y los que privilegian la entente interna chií, actualmente en el poder.

bajas ocupantes

Un soldado estadounidense murió ayer en combate en el sur de Irak, según dio a conocer el Pentágono. Con esta baja suman ya 4.332 los soldados estadounidenses muertos desde la invasión del país en marzo de 2003.

Pulso de Ahmedinejad con los conservadores

El presidente electo iraní, Mahmud Ahmedinejad, desoyó las críticas de los sectores conservadores y presentó ayer al Parlamento su nuevo Gabinete.

Representantes de estos sectores critican a Ahmedinejad tanto por haber adelantado por televisión el pasado domingo seis de los nombres como por el perfil de estos propuestos. El presidente anunció asimismo su intención de incluir al menos tres mujeres en el Gobierno de su segunda legislatura.

Paradójicamente, tanto conservadores como autoproclamados «reformistas» aparecen ahora como aliados para tratar de socavar el poder de Ahmedinejad.GARA

Rehabilitada por Occidente, Siria reivindica su papel

Miembro hasta hace poco del «eje del mal» del ex presidente George W. Bush, Siria se ha convertido en los últimos meses en un mediador insoslayable para Occidente en el convulso escenario de Oriente Medio.

«Siria ha salido del aislamiento político y asistimos en estos momentos a una suerte de hoja de ruta para una mejora de las relaciones del país con Occidente», estima desde Dubai el analista Riad Qahwaji.

EEUU y el Estado francés han multiplicado los signos de apertura con Siria por su convicción de que la búsqueda de soluciones para Irak, Líbano y del conflicto palestino-israelí pasa por Damasco.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, agradeció explícitamente a Siria su papel facilitador para la puesta en libertad el lunes de la francesa Clotilde Reiss, detenida en Teherán en el marco de las protestas post-electorales. El acercamiento franco-sirio se inició hace tiempo, como dejó en evidencia la recepción con honores en París el 14 de julio del año pasado del presidente, Bachar al-Assad.

Con la llegada de Obama a la Casa Blanca, las visitas a Damasco de responsables estadounidenses se han multiplicado. Su retórica es, con todo la misma. La Administración Obama insiste en que Siria debería impedir la entrada de combatientes a Irak y acusa a Damasco de dar refugio a los dirigentes del partido Baath, que financiarían la resistencia.

Más allá, Qahwaji certifica que el aislamiento que contra Siria impuso Bush en 2004 -secundado por sus aliados occidentales- «es ya historia».

Recientemente, Washington ha aflojado las sanciones económicas en las áreas de exportación de tecnologías de información y componentes para aviación civil, aunque aún no las ha levantado oficialmente. En otro signo de distensión, Washington anunció el 24 de junio el envío de un nuevo embajador a Siria tras cuatro años de ausencia diplomática.

Damasco exige una rehabilitación completa. La recuperación de los Altos del Golán, ocupados por Israel desde 1967, es una prioridad, tal y como recuerda Elias Murad, presidente de la Unión de Periodistas Sirios y ex redactor jefe del diario «al-Baas». Y Washington tiene mucho que hacer al respecto con Israel. Murad va más allá y recuerda que «la experiencia nos demuestra que Siria tiene un papel clave», para insistir en que sus buenas relaciones con Irán, que Occidente quiere dinamitar, «sirven a la paz en la región». La mediación de Damasco en el caso Reiss «es la mejor prueba de ello», concluye. GARA

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