Usted no ignora que una oposición cada vez mayor a la corrida se está dando a conocer en el Estado español, donde se están encaminando hacia una abolición de dicha tradición. En el Estado francés, esta oposición existe igualmente desde hace ya un cierto tiempo y está haciéndose cada vez más amplia. La oposición sigue organizándose para hacer frente a un medio taurino que, en vista de este desamor español, trata de ampliar su poder en la zona geográfica en la que se lleva a cabo esta práctica bárbara y arcaica.

Si bien nuestro principal argumento se refiere al orden moral, y al hecho de que nadie tiene derecho a torturar y a escenificar esta tortura organizando una larga y atroz agonía de un ser vivo, no es la única razón.

Entre los argumentos anexos se puede citar el del gasto para la comunidad y, por lo tanto, para el contribuyente, que en la mayor parte de los casos desaprueba las corridas. Es conocido por el público, por ejemplo, que las Arenas de Baiona requieren una continua inyección financiera desde hace mucho tiempo.

Estamos convencidos de que tratará por todos los medios, en nombre de una transparencia total, de responder a las siguientes preguntas:

Cuál es:

1- ¿El importe de las subvenciones municipales directas a las corridas durante los últimos cinco años?

2- ¿El importe de la remuneración del director de la plaza de toros (Arenas) de Baiona, la cual creemos saber que está financiada por el Ayuntamiento?

3- ¿El número de empleados municipales puestos a disposición para limpiar la plaza después de las corridas?

4- ¿El costo del servicio técnico para el Ayuntamiento (médicos, enfermeras, cirujanos... que se encuentran a disposición en caso necesario)?

5- ¿El importe de las subvenciones anuales a los diferentes clubes taurinos y peñas?

6- ¿El importe de las prestaciones pagadas a los toreros y a sus cuadrillas desde hace cinco años?

7- ¿El importe de lo logrado en taquilla anualmente (taquilla e incluso el servicio de bar) desde hace cinco años?

8- ¿El paradero de los restos de los toros: vendidos a los carniceros y, por lo tanto, consumidos, por lo que crean una ganancia, o enviados para ser descuartizados, es decir con un gasto?

Esperando en un plazo lo más breve posible una respuesta a todas estas preguntas, me despido de usted, señor alcalde, haciéndole llegar mis saludos.