Cientos de personas despidieron ayer en Cabanillas al joven de 16 años, Alex Malo Arbiol, que falleció tras recibir el golpe de un manso en el pecho durante el encierro celebrado con motivo de las fiestas de esta localidad.

A las once de la mañana llegaba el féretro con los restos mortales del joven a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, que se quedaba pequeña para acoger a los cientos de vecinos que le quisieron dar su último adiós. Entre los asistentes había numerosos jóvenes, no sólo de la localidad sino también de Tutera y otras poblaciones vecinas.

El funeral, que duró unos 45 minutos, fue oficiado por el párroco de Cabanillas, Javier Martínez, al que acompañaban los sacerdotes Santiago Jiménez y Adrián Alonso. El coro de Cabanillas también estuvo presente en la despedida del joven.

Al mismo acudía toda la corporación municipal, encabezada por la alcaldesa, Ana María Rodríguez, que declaraba que «esto cala hondo, tristemente la vida es así y da golpes que nadie se espera».

El martes, el Ayuntamiento, cuyas banderas ondeaban a media asta y con crespón negro, decidió de manera unánime suspender las fiestas y declarar el luto oficial hasta las 13,00 horas de ayer, cuando se reanudarían los actos festivos con una comida para los jubilados del pueblo.

Rodríguez resaltó que «no será lo mismo» y que pasarán estos últimos días, hasta el viernes, «como se pueda».

A la ceremonia religiosa asistieron también diferentes alcaldes de localidades vecinas. Rodríguez agradeció todas las muestras de solidaridad y cariño recibidas por todas las autoridades, entre las que se encontraban la alcaldesa de Iruñea, Yolanda Barcina, el alcalde de Tutera, Luis Casado, y diferentes consejeros. «Sabemos que los tenemos a todos con el corazón aquí», declaraba la alcaldesa.

Tras la ceremonia religiosa, el féretro con los restos mortales del menor fue conducido, en silencio, a hombros de amigos y familiares, hasta el cementerio de la localidad, donde recibió sepultura.

Visiblemente afectados se pudieron ver a muchos amigos del joven, que era muy conocido en el pueblo, una de cuyas vecinas, Angelita Sola, explicaba que «ha sido una muerte muy triste, era un chico que lo quería todo el mundo» y subrayaba que «era un chaval muy majo y alegre».

El joven, que residía en Cabanillas con su familia, aunque estudiaba en Tutera, y formaba parte de una de las peñas de mozos, contaba además con un espacio en la red social Tuenti, que en las últimas horas se ha llenado de mensajes de despedida.

Por la tarde, antes de los encierros del día, se guardó un minuto de silencio, mientras que tras las fiestas, la alcaldesa avanzó que se desarrollarán más actos en su memoria.

Pero mientras sus familiares y amigos lloran su pérdida, el trágico suceso y la edad del fallecido ha levantado una polvareda de comentarios a todos los niveles. Sus 16 años eran la edad permitida por el reglamento para poder participar en encierros como el de Cabanillas, al igual que los 1.200 festejos taurinos que se celebran en Nafarroa cada año. En cualquier caso, la reglamentación deja abierta la posibilidad a que los organizadores del encierro eleven esa edad a los 18, como hacen en los Sanfermines.

Revisión del decreto foral

El decreto foral que regula este acceso va a ser revisado en breve en Nafarroa y la idea inicial era mantener esa edad mínima en los 16 años, aunque es probable que vuelva a discutirse. Y es que la presión desde distintos ámbitos sobre la edad recomendable para participar en estos festejos está siendo muy fuerte.

Así, la Asociación Pro Derechos del Niño ya ha pedido que se eleve esa franja hasta los 18, aludiendo a que hasta a esa edad no se les permite beber o fumar, pero sí ponerse delante de astados. El Defensor del Menor de Madrid también lo ha pedido, tras la cogida, ayer, de otro menor en Leganés. Un debate habitual cada vez que ocurre un hecho trágico de relevancia social.